El primer ministro de Madagascar asegura que el país está "bajo control" tras la sublevación militar

• Un grupo de generales ha formado un directorio militar
• Se han registrados enfrentamientos entre policía y manifestantes

El primer ministro malgache, Camille Vital, ha enviado un mensaje de tranquilidad sobre la situación del país, que ha asegurado está "bajo control", tras el anuncio de un golpe de Estado de unos generales locales y ha precisado que el referéndum para aprobar la nueva Constitución se desarrolló normalmente.

En declaraciones telefónicas a la televisión France24, Vital ha señalado que ningún edificio oficial está controlado por los golpistas y que las tropas del país están "en proceso de controlar la situación".

La declaración del jefe del Gobierno malgache se produce horas después de que una veintena de oficiales anunciara la disolución de las instituciones gubernamentales y la formación de una junta militar.

El ex ministro de Defensa general Noël Rakotonandrasana afirmó que "todas las instituciones existentes están suspendidas y que un comité militar controlará los asuntos del país".

Un país en crisis desde 2008

El general Rakotonandrasana se dirigió a la nación de esta forma desde un campo militar próximo al aeropuerto de Antananarivo, donde se han registrado enfrentamientos entre manifestantes y policía.

Otro de los militares golpistas, el coronel Charles Andrianasoavina, aseguró en la misma televisión que tenían la intención de controlar el aeropuerto y el palacio presidencial.

Por su parte, el hombre fuerte del país, Andry Rajoelina, anunció la celebración de una reunión del Estado Mayor del Ejército para determinar las medidas que debían adoptarse ante el intento de golpe de Estado.

Madagascar se encuentra en una grave crisis política desde que en diciembre de 2008 Rajoelina, entonces alcalde de Antananarivo, encabezó una revuelta popular contra el presidente Marc Ravalomanana, quien dimitió el 17 de marzo de 2009 y traspasó el poder a una junta militar,

Posteriormente, la junta, presionada por los militares que habían apoyado a Rajoelina, cedió el poder a la "Alta Autoridad de la Transición" que encabezaba aquel.

Este intento de golpe de Estado se produce mientras 8 millones de malgaches estaban llamados a las urnas para pronunciarse sobre el proyecto de nueva Constitución elaborado por Rajoelina.