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El Pentágono alerta del incremento de la violencia y la expansión de los talibanes en Afganistán

  • Los avances sobre el terreno son "desiguales" y "modestos"
  • El informe insiste en que Irán sigue entrenando a los talibanes

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Un militar estadounidense charla con dos jóvenes afganos en Kandahar.
Un militar estadounidense charla con dos jóvenes afganos en Kandahar.

La violencia en Afganistán ha alcanzado un máximo histórico en los últimos meses y la insurgencia opera cada vez de un modo más sofisticado, según ha informado el Pentágono este martes.

A medida que la seguridad se deteriora después de nueve años de guerra, el Pentágono de EE.UU. indica que los incidentes violentos en Afganistán han aumentado desde abril hasta finales de septiembre -hasta unos niveles del 300% desde 200 -, excepto en el uso de bombas camineras.

Mientras que los líderes occidentales buscan signos de progreso, los militares han señalado en un informe periódico ante el Congreso que la penetración geográfica y la sofisticación de los insurgentes siguen en aumento, ya que la seguridad se extiende lentamente por todo el país.

"El progreso sigue siendo desigual, con algunos logros modestos en términos de seguridad, gestión y desarrollo del país en áreas de prioridad operativa", aseguran los autores del informe.

El Pentágono también ha subrayado que Irán sigue proporcionando armas y entrenamiento a los talibanes y que sus refugios a lo largo de la frontera entre Afganistán y Pakistán sigue siendo un obstáculo para las tropas aliadas, a pesar de que la cooperación militar de Pakistán con la OTAN ha mejorado.

"Romper la dinámica" de los talibanes

El informe asegura que aunque el gobierno afgano está haciendo algunos esfuerzos para combatir la corrupción, hay un compromiso "cuestionable" de acabar con la impunidad y enjuiciar a los funcionarios corruptos.

En la cumbre de la OTAN en Lisboa el pasado fin de semana, Barack Obama había sido más optimista al afirmar que la OTAN había logrado "romper la dinámica" de los talibanes.

Uno de los puntos clave de la estrategia adoptada por el presidente de los EE.UU. en diciembre de 2009 fue arrebatar la iniciativa a los talibanes, que ya no están en condiciones de derrocar al régimen del presidente afgano Hamid Karzai.

Esta estrategia se ejecuta mediante el envío de 30.000 soldados estadounidenses adicionales, el fortalecimiento de las fuerzas de seguridad afganas y el aumento de la cooperación civil.

Producido en colaboración con otras ramas del gobierno (agencias extranjeras de inteligencia, Agricultura, Justicia), este informe, que ha sido presentado ante el Congreso, abarca el período comprendido del 1 de abril al 30 de septiembre.