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W3C, un poco de orden en la web

  • El consorcio W3C trata de fijar los estándares en internet
  • El próximo reto, la implantación del HTML5 y el CSS3

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El británico Timothy Berners-Lee, considerado el creador de la World Wide Web (WWW) hace ahora veinte años, es el actual director del World Wide Web Consortium (abreviado W3C), un consorcio internacional encargado de supervisar la continua evolución del lenguaje informático utilizado en el desarrollo de la Web.

El W3C, entre otras cosas, trata se asegurar que todos los fabricantes de software -como los navegadores web- adoptan e interpretan correctamente las especificaciones de los diversos lenguajes utilizados en la web, como son, entre otros muchos, el HTML y el CSS; los denominados estándares web.  

Esto en teoría se traduciría en que los usuarios podrán disfrutar de una experiencia consistente al acceder a las páginas web, independientemente de la combinación entre tipo de ordenador, sistema operativo y navegador web que utilicen.

En la práctica, sin embargo, durante todos estos años este objetivo ha estado lejos de cumplirse. Millones de usuarios han vivido, o más bien padecido, la diferencia que podía suponer acceder a la web con el navegador Internet Explorer en Windows o con el navegador Netscape en el sistema operativo Mac OS.

Los lenguajes HTML5 y CSS3

HTML5 y CSS3 son las últimas versiones de dos de los más populares y accesibles lenguajes web definidas por el W3C. Aún no han sido ampliamente adoptados, pero casi todos los principales navegadores web son compatibles con ellos en mayor o menor medida.  

Gracias al uso de los lenguajes HTML5 y CSS3, y en combinación otros lenguajes de programación como JavaScript, es posible ejecutar directamente en el navegador web aplicaciones con características y funcionalidades no vistas antes hasta ahora en una página web, tradicionalmente considerado algo más bien estático destinado sobre todo a servir como soporte para la distribución de contenidos.

El nuevo HTML permite desarrollar páginas con interactividad sin aplicaciones

Pero ahora en ciertos aspectos los nuevos estándares web ofrecen la posibilidad de desarrollar páginas web con una interactividad similar o igual a la que antes sólo se podía ofrecer recurriendo a aplicaciones desarrolladas con tecnologías como Adobe Flash. 

HTML5 permite incluso la reproducción de vídeos online.  Poder desarrollar lo mismo o algo muy parecido a lo que se puede hacer con Adobe Flash pero sólo con lenguajes web tiene un gran valor, ya que significa que se puede hacer de forma "gratuita", sólo con conocimientos. 

Es decir, utilizando un lenguaje que está al alcance de cualquiera de forma libre (los estándares web) y no a través de programas específicos que son propiedad de una compañía concreta y por los que hay que pagar una cantidad de dinero.  

Pero además libera al usuario de la necesidad de disponer de componentes de software específicos cuyo funcionamiento y disponibilidad, o no, puede depender en mucho de qué combinaciones entre dispositivo, ordenador, sistema operativo o navegador web esté utilizando: únicamente necesita un navegador web convencional que sea compatible con el lenguaje HTML5.

La importancia de los estándares web

Pero el cumplimiento de los estándares web no es sólo cosa de fabricantes de software; los desarrolladores de páginas y sitios web tienen mucho que ver en que los estándares web cumplan su función utilizando adecuadamente cada uno de los lenguajes.

Probablemente el ejemplo más conocido y habitual es el de utilizar la entidad que permite definir tablas en un documento HTML (la etiqueta <table>), pensada para por ejemplo visualizar datos, como mecanismo para dar estructura o "maquetar" una página web. 

Una técnica que aunque incorrecta ha sido habitual durante años entre los desarrolladores web, en parte por falta de conocimiento pero también durante mucho tiempo forzado por la falta de una opción "estándar" efectiva que pudiese resolver esta necesidad.  

Sin embargo la evolución y mejora durante años de los sistemas informáticos, de la propia web y sobre todo de los profesionales que la desarrollan hace que cada vez más el término "estándar" tenga sentido en el concepto "estándares web".  

El desarrollo de aplicaciones web cada vez más sofisticadas y la cada vez más diversa y numerosa oferta de dispositivos y sistemas operativos con acceso a Internet están acelerando la adopción fiel de estos estándares. Ningún fabricante quiere que sus clientes se vean excluidos de servicios web populares como Facebook Gmail por este motivo.

Su adopción por tanto beneficia a todos y los usuarios pueden disfrutar la experiencia completa del acceso a la web independientemente del navegador que elijan.  

Un ejemplo es el visto en servicios de vídeo online como Vimeo YouTube, que tradicionalmente han requerido que el visitante tuviera el reproductor de Flash instalado en su ordenador para poder ver los vídeos. Sin embargo, el reproductor de Flash no está aún ampliamente disponible en todos los teléfonos móviles. 

Adaptar un sitio como YouTube para que la reproducción de los vídeos se produzca a través del lenguaje HTML permite que los vídeos puedan verse desde un mayor número de móviles, al menos desde todos aquellos que dispongan de un navegador web compatible con estas especificaciones.  

Precisamente Google, propietaria de YouTube, es una de las grandes empresas que más está apostando por la adopción de los estándares web y por el uso del lenguaje HTML5. 

Esto tiene repercusión no sólo en sus innumerables productos y servicios web, también en el sistema operativo para móviles Android. Oras grandes empresas como Apple también han decidido o se han visto forzadas a seguir este estándar; y hasta Microsoft, tras años y años de libre interpretación del HTML y CSS finalmente ha decidido hacer las cosas bien con Internet Explorer 9.