El pánico por la oscilación de un puente provocó la muerte de 347 personas en Camboya
- Un equipo de investigadores han dado a conocer las conclusiones preliminares
- Los peatones no sabían que el puente oscilaba y pensaron que estaba roto
- Esto desato un alud humano de trágicas consecuencias en la Fiesta del Agua
La estampida mortal que provocó la muerte de 347 personas en Camboya el pasado lunes se produjo por el pánico desatado por un puente oscilante en la tradicinal Fiesta del Agua, según una investigación preliminar.
El informe, hecho público a través de la televisión, reafirma lo adelantado este martes por el portavoz del Gobierno camboyano, Phay Siphan, que aseguraba que aunque el puente estaba construido para oscilar, el movimiento cogió a los peatones por sorpresa y algunos gritaron que estaba roto.
Según la Oficina del Consejo de Ministros, el balance oficial de heridos es de 395.
El desastre ha abierto una serie de interrogantes, desde por qué tanta gente pudo entrar en un espacio tan reducido en una isla artificial a la forma en la que las autoridades gestionó a esa multitud.
Los críticos han señalado como culpables a los que construyeron el puente, las autoridades locales que organizaron el festival y las fuerzas de seguridad.
No podían respirar
Un equipo de diez agentes ha tomado declaración a las víctimas para esclarecer qué causó el ataque de pánico que desencadenó el alud humano.
"Creemos que la estampida se originó porque el puente empezó a balancearse y la gente se asustó porque creyó que podía derrumbarse", ha declarado Heng Vihol, responsable de Seguridad e Información del Ministerio del Interior.
"Unos dicen que se asustaron porque vieron a unos jóvenes peleando, otros porque pensaban que el puente se iba a caer y otros simplemente porque no podían respirar", ha añadido Som Eing, miembro del equipo de investigación tras hablar con varios supervivientes.
El Gobierno, en cambio, ha descartado que la estampida hubiera sido causada por descargas eléctricas del sistema de iluminación del puente, versión que secundaron las autoridades sanitarias.
"Nosotros no hemos visto ningún caso de electrocución aquí", asegura la doctora Lim del hospital Calmette, el que ha recibido a un mayor número de muertos y heridos.
Camboya investiga las causas de la estampida en Phnom Penh, mientras los familiares de las víctimas siguen recorriendo los hospitales para localizar a sus seres queridos entre los heridos que causó la tragedia.
Las causas de la mayoría de las muertes
"Creemos que la estampida se originó porque el puente empezó a balancearse y la gente se asustó porque creyó que podía derrumbarse", ha declarado Heng Vihol, responsable de Seguridad e Información del Ministerio del Interior.
"Unos dicen que se asustaron porque vieron a unos jóvenes peleando, otros porque pensaban que el puente se iba a caer y otros simplemente porque no podían respirar", ha añadido Som Eing, miembro del equipo de investigación tras hablar con varios supervivientes.
El Gobierno, en cambio, ha descartado que la estampida hubiera sido causada por descargas eléctricas del sistema de iluminación del puente, versión que secundaron las autoridades sanitarias.
"Nosotros no hemos visto ningún caso de electrocución aquí", asegura la doctora Lim del hospital Calmette, el que ha recibido a un mayor número de muertos y heridos.
Los médicos atribuyen la mayoría de muertes a traumatismos internos, insuficiencias respiratorios y a la asfixia provocada por la avalancha que atrapó 18.000 personas en el puente, según ha asegurado el portavoz del Consejo de Ministros, Phay Siphan.
Víctimas y testigos dieron versiones confrontadas sobre lo que ocurrió el lunes por la noche.
Ofrendas para los muertos
Cheng Sony, aseguró al Phnom Penh Post haber visto cómo varias personas se electrocutaban mientras el puente se tambaleaba y los cables eléctricos empezaban a romperse.
"La gente se puso muy nerviosa y decía que íbamos a morir ahí. Me empujaban para que saltara al agua", ha asegurado Setha, una joven de 18 años procedente de Kompong Cham.
Srey Mya estaba a la entrada del puente, pero la gente la empujó hacia el interior y la tiraron al suelo.
"Empezaron a pisarme y no podía levantarme. La gente tenía miedo de algo pero no sé de qué", ha declarado esta trabajadora de una fábrica textil de Phnom Penh.
En el hospital Calmette, las tiendas improvisadas que el día anterior habían protegido los cadáveres estaban vacías y sólo quedaban tres cuerpos sin identificar, dos de ellos, niños menores de ocho años.
"Creemos que sus padres han muerto también, y no hemos encontrado a ningún familiar más", ha comunicado un agente de policía que no ha querido dar su nombre.
Los demás cuerpos han sido trasladados a sus lugares de origen, donde este miércoles se han celebraron los funerales.
Un último ataúd ha abandonado esta mañana el hospital Calmette con destino a la provincia de Kompong Cham, a 120 kilómetros de la capital, en un camión del Ejército. "Vamos a llevarlos a su casa para que allí puedan celebrar la ceremonia", ha afirmado Khem, uno de los militares encargados de transportar el féretro.
Phnom Penh, la capital camboyana, se ha despertado cubierta de pequeñas ofrendas, a base de fruta o pasteles e incienso, que recordaban a las víctimas.
El Gobierno, que ha declarado una jornada de luto nacional para este jueves, ha abierto dos cuentas bancarias y ha pedido colaboración financiera y material a organizaciones caritativas y particulares del país e internacionales para ayudar a las familias de los afectados.