González Iñárritu, aquel chico simpático y natural
- "El Negro" demostró tener cosas que decir con Amores perros
- Biutiful se perfila como un nuevo caballo ganador
Ver también: Especial Biutiful, la película
Recuerdo perfectamente cómo conocí a Alejandro González Iñárritu, parece que lo estoy viendo; cómo llegaba a la radio y me lo presentaron, tan simpático y natural. Tendría que mirar la fecha porque eso si soy incapaz de fijarlo, pero me llamaron las siempre eficientes "chicas Filmax" de prensa para ofrecernos a un joven director mexicano que venía con una película que ellos distribuían y que estaba llamada a ser un bombazo.
Eran otros tiempos, no como ahora que los del cine andamos a remolque del hueco que dejan programas que sólo quieren lucir al famoso de turno. Ahí queda la reflexión. Y caray si tiró y fue un éxito Amores perros, una película muy dura que renovó en cierta manera las formas de narrar, con estructuras circulares, que sí, es cierto, Robert Altman con Shortcuts y otros habían utilizado antes, pero que además iba muy a fondo en la cuestión de sentimientos, en una especie de trepanación del alma humana.
Una cinta que le dio muchos fans, que nos descubrió los ojos verdes de Gael García Bernal y a Goya Toledo como gran actriz. Me pareció un tipo interesante, con cosas que decir, una gran sensibilidad y al que había que seguir la pista. Fue el arranque de una trayectoria que le ha llevado en tiempo récord a lo más alto,cada película,una cima.
Con 21 gramos, creo que la vi una noche en el Festival de San Sebastián, volvió a ganar en la tómbola. La clientela más sensible se conmovió con esa historia que protagonizaban los mismos Sean Penn y Naomi Watts que ahora, al cabo de los años, se han vuelto a encontrar en la recién estrenada Caza a la espía.
Los que prestan al guión la atención que merece, detectaron pronto un nombre clave junto al del realizador mexicano Guillermo Arriaga, su fiel escudero, hasta que sus caminos se separaron y decidieron andar cada uno por su lado.
Babel, la cinta que le abrió todas las puertas
Pero antes, el éxito definitivo, Babel, a sufrir otra vez con Cate Blanchet y Brad Pitt desesperados en Marruecos. Una película en cuya parte japonesa encontraría Isabel Coixet a la delicada protagonista de su Mapa de sonidos de Tokio.
Menuda resposabilidad, tener que ver Babel en primera proyección,en Cannes, a las ocho de la mañana y tener que dar, immediatamente después, opinión a bote pronto. La película me gustó tanto que en cuanto se estrenó la volví a ver, sin la presión ni la espesura mental a que te obligan los grandes Festivales.
La jugada les salió redonda, les premiaron y a "El negro", como conocen sus amigos a Iñárritu, algunos tan famosos como él, Guillermo del Toro o Fernando Cuarón, se le abrieron todas las puertas.
Decidido y muy seguro de si mismo, Iñárritu parte siempre con rumbo a la victoria. Su cine, cuajado a base de imágenes poderosas, tiene muchísima fuerza.
Biutiful, nuevo caballo ganador
Cannes era su talismán. Ahí le hemos tenido de Jurado, expresándose en ese inglés que le hace más internacional y atendiéndonos disimuladamente, para no ganarse una reprimenda de los que, en aras del protocolo,dificultan la comunicación con los medios. Este año, de nuevo Cannes, con Bardem y el mar de fondo, multiplicándose para las entrevistas, apostando y ganando premio, con una película que se rodó en Barcelona, sin prisas pero con pausas, y que suponía todo un reto.
Había morbo, más que expectación, por saber cómo se habría desenvuelto Iñárritu, por primera vez sólo en la escritura, y el resultado es más que notable. Biutiful se perfila como un nuevo caballo ganador.
Cannes cumplió con su misión de abrir el apetito del público que pregunta y espera el film, para comprobar cómo Javier Bardem se supera a sí mismo. La imagen de Alejandro González Iñárritu en el patio de butacas del Palais, la noche que el actor se declaró públicamente a Penélope Cruz, jornada inolvidable que tuvimos la suerte de compartir, no podía ser más radiante.
Será bonito volver a la carrera para ver hasta dónde llegaremos esta vez, con este canto de amor al prójimo que es Biutiful que nos recuerda que en medio de un estercolero puede crecer una flor. Todo indica que volverán a dar en la diana.