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El secreto del ataque letal de los tiburones

  • La clave son las pequeñas escamas flexibles que los recubren
  • Controlan la separación del flujo del agua en torno a sus cuerpos
  • Les permiten cambiar de dirección mientras se mueven a gran velocidad

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Las escamas flexibles de los tiburones, claves para sus ataques
Las escamas flexibles de los tiburones, claves para sus ataques

Los tiburones son unos de los grandes depredadores del reino animal. Lanzan sus ataques a velocidad de vértigo y descuartizan a sus presas con su temible dentadura.

Las claves para entender por qué son tan buenos cazadores -y tan veloces- son, según un estudio estadounidense, las pequeñas escamas flexibles que recubren su cuerpo. Éstas les permiten cambiar de dirección mientras se mueven a gran velocidad, como recoge SINC.

Las escamas controlan la separación del flujo del agua en torno a los cuerpos de los escualos.

"Como una pelota de golf presenta una superficie irregular con patrones repetitivos para llegar más lejos, las escamas de los tiburones sirven a un propósito similar, para controlar la separación de flujo", explica Amy Lang, investigadora de la Universidad de Alabama (EEUU) y responsable principal del trabajo.

La 'separación de flujo', añade Lang, "es un tema de gran relevancia en sistemas y casos como el diseño de aeronaves, porque tiende a crear vórtices que obstaculizan la estabilidad y la velocidad".

El equipo de investigación se basó en mediciones experimentales y diferentes modelos de escamas para descubrir que las bases de las escamas de los tiburones mako o de aleta corta (Isurus oxyrinchus) son más estrechas en el punto donde se unen con la piel que en su parte superior. Tienen forma de cuña.

El erizamiento de los dentículos

Esa silueta permite que las escamas -denominadas dentículos- adopten ángulos de 60 grados o más, lo que confiere a los tiburones su capacidad de movimiento y que científicamente se conoce como el 'erizamiento de los dentículos'.

Según los investigadores, este mecanismo es el responsable de que los escualos puedan 'apartar' el agua de su recorrido para moverse con mayor velocidad.

Porque están situados en zonas clave del cuerpo donde se produce el 'roce' con el agua, como detrás de las agallas, en los laterales del cuerpo.

"A medida que profundizamos en el estudio imaginamos posibles aplicaciones del control de la separación de flujo en el diseño de aeronaves, helicópteros, turbinas de aerogeneradores. Cualquier elemento para que el que la esta técnica tenga relevancia", concluye la investigadora.