Los grandes mamíferos se hicieron gigantes tras la extinción de los dinosaurios
- Al comienzo de su evolución, estos animales pesaban entre 3 gramos y 15 kg
- Tras la extinción de los dinosaurios explotaron en tamaño y área de distribución
- El factor fundamental pudo ser la diversificación para llenar nichos ecológicos
Hace 140 millones de años, al comienzo de la historia de su evolución, los mamíferos eran pequeños. Todas las especies se movían en un rango entre los 3 gramos y los 15 kilos, y sus funciones en los ecosistemas eran muy reducidas.
Pero todo cambió con la extinción de los dinosaurios a finales del Cretácico, hace 65 millones de años. A partir de ese momento aparecieron los mamíferos terrestres más grandes que jamás han existido, según publica la revista Science.
Así surgieron los rinocerontes gigantes (Indricotherium transouralicum), que llegaron a medir más de cinco metros de altura y pesaban alrededor de 20 toneladas, y que hasta la fecha han sido los mayores mamíferos que han habitado en la Tierra. El segundo más grande fue un elefante africano, también conocido como Dinoterio (Deinotherium) que medía casi 5 metros y pesaba unas 14 toneladas.
Crecieron y se distribuyeron
La desaparición de los dinosaurios propició que los mamíferos explotaran en tamaño y área de distribución ecológica. Son las conclusiones presentadas por la investigadora Felisa Smith, tras recopilar datos fósiles que indican el tamaño corporal de estos animales en cada continente, a lo largo de su historia evolutiva.
Sus resultados muestran que el tamaño de los mamíferos aumentó rápidamente y se estabilizó después de aproximadamente 25 millones de años. Este patrón se repitió en casi todos los continentes, aunque los datos son muy escasos para América del Sur.
Tras evaluar varias hipótesis, los autores consideran que el principal motor que originó el crecimiento de los mamíferos pudo ser la diversificación que necesitaban para llenar los nichos ecológicos que habían quedado vacíos tras la extinción de los dinosaurios.
Y los límites máximos se establecían por la temperatura ambiental y el hábitat de cada especie -el área de tierra que disponían para vivir-.