Claves sobre la Neutralidad en la Red: ¿Por qué es necesario que todos los 'bits' sean iguales?
- Preguntas y respuestas de la polémica en torno a la Red Neutral
- ¿Qué es? ¿Es importante? ¿Quién está a favor y quién en contra?
Algunos de los más importantes pioneros de la Red la defienden apasionadamente. Las telefónicas y los proveedores de acceso a Internet la odian. Los internautas más conscientes la consideran vital para el futuro. Los partidos conservadores tienden a oponerse (aunque no siempre; en España la abanderan). Los emprendedores temen que su desaparición haga imposible el nacimiento de futuros Amazon o Google. La industria de las telecomunicaciones la considera un obstáculo a la inversión futura. Y algunos políticos mal informados piensan que pone en riesgo la telesanidad o la administración electrónica.
Es un concepto profundo, complejo y viejo que subyace al mismo funcionamiento de Internet. Se llama neutralidad de Red, y en los últimos tiempos está provocando quebraderos de cabeza a uno y otro lado del Atlántico.
La pregunta es: ¿es la Neutralidad un principio tan necesario socialmente como para que lo garantice una ley? La respuesta depende de algunas definiciones y de no pocas presuposiciones sobre los efectos que podría tener, tanto la existencia de una ley así como su ausencia. Intentemos recorrer este laberinto sin perdernos.
¿Qué es la Neutralidad de Red?
Existen varias definiciones, pero la más extendida viene a decir que el principio de neutralidad de red es el que garantiza que todos los paquetes de datos que recorren Internet deben ser tratados por igual con independencia de su origen, contenido o destino.
“La neutralidad garantiza que todos los datos online sean tratados por igual“
Es decir, que ninguna de las partes que intervienen en el tránsito (proveedores de acceso, telefónicas, gobiernos) debe distinguir entre datos diferenciando por contenido, sitio de origen, plataforma, tipo de máquina o modo de comunicación. Todos los bits son iguales.
¿Es neutral la Internet actual?
Internet es etimológicamente una Red de redes: una red que interconecta diferentes redes a distintas escalas. Esas redes basales son propiedad de diferentes grupos o empresas, como grandes compañías, proveedores de acceso a Internet y telefónicas.
Entre ellas el tráfico se intercambia en base a una especie de 'acuerdo entre caballeros': nadie cobra a nadie y todo el mundo lleva el tráfico de todos los demás en régimen de intercambio siguiendo un principio denominado 'Best effort' (el mejor esfuerzo), que implica que todos los participantes hacen lo que esté en su mano de la mejor manera posible para llevar la información a su destino.
Este sistema ha funcionado razonablemente bien durante más de 30 años en las redes de telecomunicaciones terrestres, que en este periodo han sido enormemente ampliadas en capacidad, pero encuentra dificultades en las redes inalámbricas, que tienen serias limitaciones de capacidad de transporte.
¿Ha habido actuaciones contra la neutralidad?
Sí; y no sólo por parte de gobiernos que han instaurado sistemas de filtro censor de carácter político, como China o las monarquías árabes del Golfo Pérsico (Arabia Saudí, E.A.U, etc).
También empresas telefónicas han discriminado en ciertas ocasiones determinados tipos de tráfico o han bloqueado el acceso a páginas web o a servicios.
“El bloqueo de Skype o la ralentización del P2P, algunos ejemplos“
Por ejemplo la mayor parte de las telefónicas móviles europeas bloquean el uso del servicio de telefonía IP Skype en sus redes inalámbricas. Por su parte la empresa de cable estadounidense Comcast ha ralentizado el tráfico de tipo P2P a algunos de sus clientes.
No es teoría: las telefónicas tienen la capacidad y la voluntad de abandonar la Neutralidad de Red en favor propio.
¿Cómo justifican las telecos este tipo de actos?
La razón que dan las empresas de telefonía y acceso a Internet para separar y tratar de modo diferente distintos tipos de tráfico es técnica: argumentan que es necesario para poder garantizar el libre tránsito de información evitando atascos y cuellos de botella.
De hecho afirman que sólo así será posible garantizar calidades de servicio aceptables, sobre todo en las redes inalámbricas.
Sin la posibilidad de organizar el tráfico y de extraer nuevos ingresos a las redes no será viable realizar las costosas inversiones necesarias para garantizar el progreso de Internet, dicen los portavoces de la industria, a pesar de los excepcionales rendimientos económicos que están obteniendo en la actualidad.
¿Por qué temen los internautas el fin de la neutralidad?
Estos mismos sistemas pueden utilizarse para varios propósitos que podrían tener serias consecuencias sobre la libertad y el futuro de la Red. La diferenciación de tráfico se puede usar para bloquear servicios competidores (como el caso de Skype) e impedir su desarrollo.
También pueden emplearse para ofrecer diferentes velocidades de tránsito a proveedores de contenidos o servicios, creando una 'Internet de dos velocidades' en la que empresas pequeñas (como algún día fueron Google o Amazon) tendrían problemas en competir con sus rivales ya establecidos.
Una red no neutral podría servir publicidad vinculada al tránsito, y no al contenido, o emplearse para bloquear determinados tipos de tráfico (como intercambios P2P) o incluso de discurso (censura). Por último estas tecnologías también pueden emplearse para espiar intercambios de información y ponen en serio riesgo la privacidad de las personas.
También es cierto que en algunas de las defensas de la Neutralidad de Red se percibe un claro eco de la 'Vieja Internet' anterior a la entrada de las empresas y el comercio, cuando la Red era cosa de académicos, universidades e instituciones de investigación y el dinero era ajeno.
¿Podemos fiarnos de las empresas telefónicas?
El problema es que las empresas de telecomunicaciones jamás han creído en las redes abiertas, y siempre han pretendido regresar a su modelo más querido: las redes cerradas y controladas por ellos.
Aunque el modelo de Internet ha sido enormemente beneficioso para la industria de las telecomunicaciones en su conjunto, al hacer posible una amplísima oferta de contenidos y servicios que ha creado una enorme demanda de conexiones a la Red, las telecos quieren extraer más dinero a sus redes. Para ello pretenden ofrecer varios niveles de servicio a los proveedores de contenidos con el fin de desviar parte de los beneficios que generan hacia sus propias arcas.
“En el fondo lo que les gustaría es cobrar un peaje a todo aquel que haga negocio en Internet“
En el fondo lo que les gustaría es cobrar un peaje a todo aquel que haga negocio en Internet, resucitando el concepto de las 'tasas de terminación' de las llamadas telefónicas en la era de los circuitos.
También están interesadas en utilizar técnicas de análisis de tráfico para colocar una capa extra de publicidad sobre la información 'en tránsito', algo que están probando (por ejemplo, Telefónica en Brasil) y que no sólo aumenta la carga publicitaria sobre el consumidor, sino que pone en riesgo su privacidad.
Por último las empresas de telecomunicaciones no han sido reacias a utilizar su control de las redes para bloquear servicios que consideraban perniciosos para sus arcas, como Skype, en un claro caso de abuso de posición dominante y oligopolio.
¿Garantizaría una mayor velocidad una oferta de contenidos?
No necesariamente. En la historia de la Red los servicios más rápidos no siempre han vencido a los más lentos, pero de mejor calidad; por ejemplo el buscador sueco FAST no pudo con Google, a pesar de ser más rápido.
De hecho los sistemas de tipo 'Jardín Vallado' en los que el proveedor de acceso y de contenidos estaban asociados, garantizando la mejor tecnologías de acceso y los contenidos más selectos fracasaron en el mercado ante la oferta multiforme de la Internet abierta.
¿Pueden discriminar masivamente tráfico?
En principio los routers, los ordenadores que van dirigiendo cada paquete de datos a su destino, no miran en su interior; tan sólo 'leen' la dirección de destino.
Es como si la información fuese dentro de un sobre con la dirección por fuera; el router, como el cartero, no sabe qué hay dentro del sobre, sólo a dónde se dirige.
Sin embargo se ha desarrollado tecnología llamada DPI (Deep Packet Inspection, inspección profunda de paquetes) que permite analizar la información de dentro de este 'sobre' virtual para separarla según se trate de P2P, vídeo, audio, texto, etc.
Esta tecnología puede usarse incluso para cumplir con los requisitos de interceptación de comunicaciones, permitiendo separar el tráfico de una persona u ordenador específico para escucharlo y analizarlo.
¿Cómo saber si mi proveedor de servicios viola la neutralidad?
Ggracias a programas como Glasnost o el Switzerland de la EFF, que analizan diversos tipos de tráfico tradicionalmente 'retocados' por las telefónicas para comprobar si están siendo modificados en tránsito.
¿Cuál es el follón político, entonces?
Las empresas de telefonía y de acceso a Internet están haciendo presión para que se les permita utilizar este tipo de tecnologías en sus redes, con la habitual justificación de que las necesitan para garantizar la calidad del servicio.
Pero dadas sus acciones y lo que se conoce de sus apetencias e intenciones muchos internautas temen que la extensión indiscriminada de estos sistemas suponga una reducción de la capacidad de innovar de la Red, una sustancial merma de libertades y una licencia para que estas empresas abusen de su posición de dominio del mercado. Por ello se ha propuesto la creación de una ley de Neutralidad de Red que asegure que el estado protege el principio básico.
“La UE considera deseable la neutralidad, pero no cree necesaria una ley“
Las operadoras de telefonía se oponen de modo radical. Los defensores del libre mercado no quieren nuevas regulaciones. Y por su parte Europa está cada vez más preocupada por el flujo de dinero hacia los Estados Unidos que supone el aplastante dominio de las empresas de allá en mercados como la publicidad online (Google); las telefónicas están vendiendo la idea de que su 'tasa' permitiría recuperar parte de ese dinero.
El enfrentamiento político se produce así entre partidarios de que Internet siga como está, con una garantía legal que lo asegure, y quienes quieren modificar el modo básico de funcionamiento de la Red.
Otra postura diferente, sostenida por ejemplo por la Unión Europea y otros reguladores, considera deseable la Neutralidad de Red, pero no cree que sea necesario respaldarla con una ley, sino que basta con la competencia entre empresas y la legislación ya existente (de protección al consumo, por ejemplo) para garantizarla.