La ocupación militar y policial de las favelas mantiene en vilo a Río de Janeiro
- La Policía Militar da un ultimátum a los narcotraficantes para que se entreguen
- La ola de violencia ha dejado, en una semana, al menos 35 muertos
La operación militar y policial para desalojar a decenas de narcotraficantes de las favelas del Complexo do Alemao, en Río de Janeiro, mantiene en vilo a la ciudad después de que venciera el ultimátum dado por la policía a los delincuentes para su rendición.
La Policía Militar sugirió primero a los pistoleros la rendición para evitar una prolongación de la ola de violencia que se inició hace una semana y que ha dejado hasta ahora 35 muertos, y horas después les dio un ultimátum hasta el anochecer o de lo contrario tendrían que enfrentarse a la fuerza de la ley.
"El plazo es hasta el final del día, cuando el sol se ponga. La decisión (de invasión) es de la Secretaría de Seguridad. Nosotros tenemos superioridad, equipamientos como visión nocturna para actuar por la noche. Si llega la orden, tomaremos este pedazo de tierra por la noche", dijo el portavoz de la Policía Militar, el coronel Lima Castro.
Sin embargo, la noche ha llegado a Río de Janeiro y la situación en los accesos de la favela se mantiene sin cambios, con centenares de policías y soldados apuntando sus fusiles hacia lo alto de la barriada, protegidos por tanques Cascavel-Urutú del Ejército que deben ser los encargados de abrir camino por las callejuelas del Complexo do Alemao.
Horas antes del ultimátum, uno de esos tanques intentó adentrarse en la favela, situada en la zona norte de Río de Janeiro, pero los narcotraficantes atrincherados respondieron con un intenso tiroteo.
El vehículo blindado avanzó unas decenas de metros por el principal acceso a la favela, una calle empinada en la falda de un monte, seguido de un grupo de periodistas y fotógrafos, que tuvieron que dejar el lugar a la carrera con el inicio de los disparos. El tiroteo, que duró unos minutos, no dejó, aparentemente, víctimas mortales.
Los narcos se mudan de favela
El sitio al Complexo do Alemao, un conjunto de 15 favelas en el que viven cerca de 400.000 personas comenzó este jueves después de que decenas de delincuentes de la banda Comando Vermelho (Comando Rojo) armados con fusiles se refugiaron en ese deprimido sector tras huir de la vecina Vila Cruzeiro, de donde fueron expulsados por policías que llegaron a bordo de blindados de la Armada.
Esa banda es señalada por las autoridades como la responsable de la ola de violencia que comenzó hace una semana con ataques a puestos policiales y el incendio de vehículos particulares y de servicio público en distintas partes de la ciudad y su área metropolitana.
En la madrugada de este sábado, la menos violenta de la última semana, fueron incendiados cinco automóviles en el vecino municipio de Nova Iguazú, con lo cual el total de vehículos incinerados supera el centenar.
Este sábado, por primera vez en la semana, las autoridades no registraron muertes en el conflicto, pero sí varios heridos, entre ellos un niño de 12 años, habitante de la favela de Jacarezinho, que fue tiroteado en las piernas por delincuentes porque se negó a conseguir gasolina para incendiar unos vehículos, según la policía.
A la propuesta de rendición hecha por la policía sólo se había acogido hasta este sábado un hombre identificado como Diego Raimundo da Silva, de 25 años, alias "Mister M", que atendió un pedido hecho por su propia madre.
De otro lado, las autoridades arrestaron a un numeroso grupo de personas del Complexo do Alemao a su salida del barrio marginal, por el temor de que se tratase de narcotraficantes disfrazados.
A pesar de la gravedad de la situación, muchos habitantes de las zonas aledañas a la favela, entre ellos muchos niños, circulaban este sábado tranquilamente por entre los tanques y policías apostados en las vías de acceso a la barriada, a la espera de la orden de ocupación que, según algunas autoridades, podría producirse este domingo.