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Comienza la Cumbre contra el Cambio Climático de Cancún sin grandes expectativas

  • Casi 200 gobiernos buscan un 'heredero' para el Protocolo de Kioto
  • Se percibe como una transición hasta la 'reunión definitva', Sudáfrica 2011
  • En el horizonte, las relaciones entre EE.UU y China para conseguir avances

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"Cancún me deprime un poco". Así se ha referido Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos y uno de los máximos exponentes de la lucha contra el cambio climático, a la Cumbre contra el Cambio Climático (COP16) que empieza hoy en esta ciudad mexicana y que se celebrará hasta el próximo 10 de diciembre.

Tras el fracaso de la última reunión (Copenhague 2009), la de Cancún llega marcada por un ambiente de transición, aunque según los expertos hay pocas esperanzas de progresos reales, pero se confía en que se puedan sentar las bases para la reunión definitiva que se celebrará el año que viene en Durban (Sudáfrica).

Frente a las exageradas expectativas del encuentro celebrado el pasado año en el país nórdico, muchos analistas anticipan que, gracias al 'bajo perfil' del encuentro en Cancún, es posible que exista margen de maniobra para sentar las bases de un futuro tratado sobre la protección del medio ambiente y que pueda sustituir de manera efectiva al Protocolo de Kioto, que expira en diciembre de 2012.

Las perspectivas no son nada halagüeñas, porque el problema "no sólo no desaparece, si no que cada vez va a peor", lamenta Al Gore. Y los datos le dan la razón.

El problema no desaparece, si no que cada vez va a peor

Según la Organización Meteorológica Mundial, los niveles de concentración en la atmósfera de los gases causantes del efecto invernadero han alcanzado su máximo desde el inicio de la Revolución Industrial.

El objetivo de Naciones Unidas es que en la Cumbre de Cancún se consiga, por lo menos, cierto impulso. "De lo contrario la gente va a perder la fe en el sistema", subraya Rajendra Prachauri, director del Panel de la ONU sobre Cambio Climático.

Encuentro de transición hasta Durban 2011

Mientras, los participantes perciben esta reunión como un encuentro de transición entre Copenhague y la que puede ser la Cumbre 'definitiva' sobre cambio climático que se celebrará en Durban (Sudáfrica) en diciembre de 2011.

La cumbre sudafricana está considerada como la última oportunidad para entablar una estrategia común para proteger el medio ambiente. Si fracasa esa reunión, es posible que los países empiecen a desarrollar estrategias unilaterales o bilaterales y sin ningún tipo de consenso internacional.

Pero en el horizonte ante cualquier tipo de acuerdo se supervisan las relaciones entre Estados Unidos y China. El gigante asiático y el resto de economías emergentes sólo asumirán el coste de reducción de emisiones si ven que Estados Unidos lo hace primero.

Un "mar de cambios"

A pesar del pesimismo reinante, el enviado especial del Banco Mundial para el cambio climático, Andrew Steer, percibe un "mar de cambios" con el comportamiento de los países en desarrollo sobre la importancia de reducir el calentamiento global a través de un cambio en sus políticas energéticas.

Steer recuerda que en 1990 sólo un 10 por ciento de las naciones en desarrollo consideraban el cambio climático como un pilar básico de desarrollo. En los últimos dos años, esta cifra ha aumentado al 80 por ciento.

Además, WWF han emitido informes de alabanzas sobre la predisposición de países como China, India, Sudáfrica y Brasil a la hora de combatir el calentamiento global. Es posible que estas políticas cristalicen en Durban, el próximo mes de diciembre, para poner estos compromisos definitivamente por escrito.