Estonia entra en el euro el 1 de enero en plena crisis de deuda soberana en la UE
- Es el país número 17 que adpota la moneda única europea
- Su economía es una de las más sanas y dinámicas de la UE
- El 2010 ha sido un año de crisis en la Europa de los 27
Estonia, un poco más de cerca
Capital: Tallin
Población: 1,3 millones de personas
1 euro = 15,6466 coronas estonias
Gente a favor del euro: un 52% en diciembre de 2010 (dos puntos menos que en noviembre)
Gente en contra del euro: un 39% en diciembre de 2010 (tres puntos más que en noviembre)
Inflación: 1,3% (previsión en 2010) y 2% (previsión en 2011). En 2007 no pudo entrar en el euro por tener una inflación del 10%.
Déficit público: 1,7% en 2009; 2,4% (previsión para 2010 y 2011)
Deuda pública: 7,2% en 2009
Internet: posee una potente red wifi que abarca todo el país y que es gratuita. El papel casi ha desaparecido de la vida diaria de los estonios.
Desde este 1 de enero, un nuevo país entra en la zona euro. Estonia deja atrás la corona y 1,3 millones de personas adoptan la moneda única europea.
El país báltico se convierte así en el decimoséptimo integrante de la eurozona, cuya población pasará a ser de 330 millones de personas, un club que ha visto cómo en los últimos años se incorporaban algunos de los nuevos socios de la UE: Eslovaquia (2009), Chipre y Malta (2008) o Eslovenia (2007).
Tallin recibió en julio la aprobación definitiva para entrar en el euro y obtuvo el respaldo del Parlamento, el Banco Central Europeo y el resto de instituciones de la UE.
Una economía muy sólida, según Bruselas
Según la Comisión Europea, la economía estonia es muy flexible y ha demostrado durante casi dos décadas su capacidad de funcionamiento y ajuste en un régimen cambiario fijo.
El país báltico cuenta con unas finanzas públicas saneadas. En 2009, Estonia registró un déficit presupuestario del 1,7% del PIB, muy por debajo del límite máximo del 3% establecido para los países del euro.
De hecho, y según Eurostat, sólo Luxemburgo tuvo un dato mejor: una caída del 0,7%. Tallin superó a Finlandia (2,5%) o Alemania (3,0%).
Según las últimas previsiones de Bruselas, Estonia registrará un déficit del 2,4% en 2010 y 2011. Una cifra envidiable para el resto de países.
Además, la deuda pública también alcanzó un nivel muy moderado: el 7,2% del PIB, el menor de los 27. Y lejos, muy lejos, de Grecia (126.8%), Italia (116.0%), Bégica (96.2%) o Hungría (78,4%), país que preside la UE desde este 1 de enero.
En el euro en plena crisis de deuda
La entrada de Estonia en el euro se produce justo en plena crisis de deuda. Un ambiente desestabilizador que está afectando a la moneda común y que ya se ha cobrado dos víctimas (Grecia e Irlanda) y que presiona con fuerza las deudas soberanas de Portugal y España, países que han tenido que realizar duros ajustes presupuestarios.
Tanta ha sido la presión de los mercados, que Bruselas no ha tenido más remedio que realizar una serie de reformas para convencer al mundo de que la apuesta por la moneda común es sólida y que no hay marcha atrás.
Así, los 27 han aprobado una pequeña modificación en el Tratado de Lisboa para convertir el fondo de rescate temporal (ideado para salvar las economías de Atenas y Dublín) en uno permanente, medida que se aprobó en el último Consejo Europeo.
Supervisión de los presupuestos estatales
Para evitar un exceso de déficit, causa principal y originaria de las crisis griega e irlandesa, la UE supervisará desde este 2011 los presupuestos de todos sus miembros.
Cada seis meses, los estados deberán enviar a Bruselas un informe de sus cuentas para que sean analizadas por Consejo y Comisión, organismos que podrán aconsejar a cada país.
Más control sobre los bancos
Además, la Unión Europea cuenta desde este 1 de enero con un nuevo sistema de supervisión financiera con el que se intentará evitar una nueva crisis bancaria como la que azotó el Viejo Continente, que costó miles de millones de euros a los bancos y que provocó que se tuvieran que realizar y publicar los ya famosos test de resistencia (o de estrés).
Desde ahora habrá tres nuevas autoridades europeas que supervisarán a bancos, aseguradoras y mercados. Con sedes en Londres, París y Fráncfort, tienen capacidad para prohibir prácticas de riesgo y tomar decisiones vinculantes para las entidades en caso de que se esté actuando en contra de las leyes comunes.
El esquema se completa con un Consejo Europeo de Riesgo Sistémico, organismo vigilante sobre problemas que afecten a todo el sistema.
En este ambiente es en el que la tecnológica Estonia entra en la moneda única europea. Se convierte así en el primer país báltico en hacerlo: el euro ya tiene frontera con Rusia.