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Líderes mundiales empiezan a pedir explicaciones a EE.UU. por el 'Cablegate' tras el apoyo inicial

  • Clinton elogia a Berlusconi en público para aliviar tensiones
  • Il Cavaliere le dice en privado que la filtración le ha generado problemas
  • Putin arremete contra la "rudeza y poca ética" de las palabras de los cables
  • Erdogan exige responsabilidades a los diplomáticos americanos

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Clinton elogia a Berlusconi tras las filtraciones de Wikileaks

Tras la condena a Wikileaks, la aparente indiferencia e incluso las bromas de los afectados por el 'Cablegate', la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, ha empezado este miércoles a sentir las primeras consecuencias con la petición de explicaciones del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y las críticas del líder ruso, Vladimir Putin, y el presidente turco, Recep Tayip Erdogan.

"No tenemos un mejor amigo ni nadie que apoye las políticas americanas de forma tan consistente como lo hace el primer ministro Berlusconi".

Estas palabras ante las cámaras de televisión cuando se encontró con Il Cavaliere no han librado a la secretaria de Estado de EE.UU. de la petición de explicaciones del líder italiano por los cables de la embajada de EE.UU. en Roma hechos públicos por WikiLeaks, que señalaban que estaba "cansado" por las "fiestas salvajes" a las que acudía.

Berlusconi se ha reído en público de los cables estadounidenses, que le califican como "irresponsable, vanidoso e inefectivo como líder europeo moderno".

Sin embargo, las críticas le han dolido al primer ministro italiano, que ha sacado el tema en su reunión con Clinton, que se ha celebrado en la ciudad de Astaná, en Kazajastán, con motivo de la cumbre de la OSCE que se está celebrando estos días.

"Berlusconi hizo notar que esto ha provocado mucho debate en Italia y eso ha supuesto, como era de esperar, un problema", ha reconocido una fuente del Departamento de Estado de EE.UU.

En este sentido, Clinton decidió hacer sus comentarios en voz alta en presencia de los medios para que todo el mundo se enterase, según estas fuentes.

"Quería contarle al mundo, a la prensa, lo que le dijo, que es lo que América piensa", ha recalcado.

Críticas de Putin y Erdogan

Berlusconi no ha sido el único que ha levantado la veda  de las críticas. En una ácida entrevista en la CNN, el primer ministro  ruso, Vladimir Putin, ha rechazado las opiniones del secretario de  Defensa de EE.UU. Robert Gates, sobre Rusia que se trasladan en las  filtraciones, que ha calificado de "profundamente desacertadas".

Además, aunque en un principio el Kremlin se tomó a broma los  calificativos de 'estado mafioso' de Rusia y la comparación de Putin y  el presidente Medvedev como Batman y Rubin, Putin ha mostrado que no  está para bromas.

"Eso estaba buscado para difamar a uno de nosotros", ha subrayado  Putin, que ha confesado que no sospechaba que esas críticias "pudieran  hacerse con esa arrogancia y rudez y de manera tan poco ética".

En la misma líneam, el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, ha  reclamado a Estados Unidos que "pida cuentas" a los  diplomáticos autores de los cables filtrados por Wikileaks en los que se  hacen valoraciones personales de políticos turcos e incluso se afirma  que Erdogan tiene ocho cuentas bancarias en Suiza.

"Las acusaciones hechas por los diplomáticos, basadas en cotilleos  infundados, son sólo el primer problema de Estados Unidos", indicó  Erdogan.

"Estados Unidos tiene que pedir cuentas a sus diplomáticos", ha reclamado  Erdogan, quien ha insistido en que aunque Washington ya se ha disculpado,  también "tiene que hacer lo que hay que hacer" con los diplomáticos  autores de los cables.

El mandatario turco ha negado que tenga cuentas bancarias en Suiza, tal y  como se recoge en uno de los cables diplomáticos de la Embajada de  Estados Unidos en Ankara que ha sido filtrado.

Clinton: No interferirá

Por su parte, Clinton ha criticado fuertemente las filtraciones, que han revelado 250,000 cables de comunicación diplomática, y ha subrayado que no reflejan la política oficial de Estados Unidos.

El problema es que, como ella misma ha reconocido en rueda de prensa en la capital kazaja durante la cumbre de la OSCE la cuestión ha surgido en sus encuentros.

"Hablamos de la cuestión de las filtraciones para asegurar a nuestros socios que no interferirán en la diplomacia internacional para continuar el trabajo que está en marcha", ha revelado.

"No he escuchado temores de que algún país no vaya a continuar trabajando con nosotros en el futuro", ha agregado tras precisar lo muy orgullosa que está del trabajo de sus diplomáticos.