La confianza de los consumidores mejora por las buenas expectativas de futuro
- También mejora la percepción de la situación actual, aunque en menor medida
- El indicador recupera la tendencia al alza, tras la fuerte caída sufrida en octubre
La confianza de los consumidores en España ha mejorado en noviembre, tras la fuerte caída que sufrió este indicador en octubre, y ha aumentado 2,9 puntos, debido sobre todo a la mejoría de las expectativas de recuperación para el futuro más próximo y de la percepción actual de la situación económica.
El Indicador de Confianza del Consumidor, que elabora el Instituto de Crédito Oficial (ICO), se situó en noviembre en 70 puntos, 5,3 puntos menos que hace un año.
El indicador de situación actual aumentó 1,9 puntos debido a la mejor percepción sobre la economía del país, que creció 3,3 puntos, la del hogar, que mejoró dos puntos, y la del empleo, que tuvo un alza de 0,3 puntos.
Las expectativas a seis meses también avanzaron 3,9 puntos respecto a octubre, debido a que mejoraron las del mercado laboral (4,6 puntos), las de la economía española (4,4 puntos) y la del hogar (2,5 puntos).
Mayores expectativas de ahorro
Tras el incremento del ICC en noviembre, el indicador frena el descenso registrado en los dos meses previos, sobre todo la fuerte caída de 5,7 puntos que tuvo en octubre respecto a septiembre. No obstante, el ICO señala que el indicador sigue una línea volátil desde el verano de 2009 y apunta una "pausa" en la recuperación del consumo de las familias en la segunda mitad del año, después de que probablemente anticiparan parte del gasto por la subida del IVA o la finalización de las ayudas para la compra de automóviles.
Sin embargo, la mejoría de las expectativas para los próximos seis meses podría indicar, según el ICO, que el consumo privado registrará un crecimiento moderado en los próximos trimestres.
El indicador mejoró en todas las provincias, especialmente en las que registran un PIB per cápita medio (entre el 84% y el 116% de la media nacional), seguido de las que tienen rentas más elevadas (superiores al 116% de la media española) y de las más bajas (inferiores al 84% de la media).
También aumentaron las expectativas de los consumidores acerca de sus posibilidades de ahorro, mientras que cayeron levemente las de compra de bienes de consumo duradero.