Barajas viaja de la confusión de las primeras horas a la esperanza de la tarde
- El principal aeropuerto amanecía paralizado por la huelga de controladores
- A lo largo de la mañana reinaba la confusión entre los viajeros
- Con la apertura del espacio aéreo, muchos han reiniciado sus vacaciones
- ¿Te ha afectado la huelga de los controladores? Cuéntanoslo en los comentarios
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El aeropuerto de Barajas comienza a moverse aunque poco a poco y con precaución. El personal de tierra de las distintas compañías que operan en el aeropuerto madrileño han cambiado sus letreros de: "Lo sentimos, el aeropuerto está cerrado y no habrá vuelos hasta mañana" por el: "Vamos a intentar volar en cuanto abra el espacio aéreo".
Los pasajeros que acaban de llegar o los que llevan horas esperando ven, desde primer ahora de la tarde, como poco a poco en las enormes pantalllas que presiden la T2 se van anunciando las próximas salidas.
Sin embargo, el panorama que se vivía durante la mañana era muy diferente. Las primeras horas en Barajas han sido un caos, con los pasajeros deambulando de un lado a otro de la terminal sin saber muy bien que hacer o aguardando colas kilométricas para intentar retrasar su vuelo o recuperar el dinero.
Muchos de ellos habían pasado la noche en el aeropuerto: "Mis hijos han tenido que dormir en los carritos del equipaje", nos contaba un padre. La cosa se ponía aún peor cuando por megafonía se anunciaba que la mayoría de las aerolíneas suspendían sus vuelos hasta las seis de la mañana del domingo: muchos empezaban a buscar donde alojarse esta noche.
Esperanza tras la intervención del Gobierno
Un par de horas después, pese a todo, el Gobierno aprobaba el decreto que declara el estado de alerta y al poco los controladores, bajo mando militar, empezaban a reincorporarse a sus puestos. Las compañías empezaban a modificar sus anuncios previos, avanzando algunas salidas y la esperanza se abría paso entre los pasajeros.
"Yo tengo la esperanza de que poco esto se vaya poniendo en marcha", decía Elena, una viajera que esperaba coger su vuelo a Milán. Para otros, sin embargo, la reapertura del espacio aéreo llega ya tarde: para Ramón, por ejemplo, que después de pasar dos días en el aeropuerto, decidía cancelar sus vacaciones familares en Ámsterdam y volver a Sevilla en un coche de alquiler.
Las colas, en cualquier caso, cambiaban en ese momento de mostrador y se trasladaban desde el punto de reclamaciones a los puntos de información. Lo que no evitaba alguna desazón, ya que algunos viajeros habían abandonado el aeropuerto ya, en previsión de que el espacio aéreo permaneciera cerrado todo el día.
Así, 24 horas después del inicio de la huelga salvaje que paralizó el tráfico áereo y dejó a 600.000 viajeros en tierra, el comentario más extendido ahora entre los pasajeros de Barajas es el de: "Qué pronto se han recuperado los controladores".