Los pilotos posponen sus movilizaciones hasta después de Navidad
- Quieren que "todos pasen unas fiestas tranquilas y sin sobresaltos"
- Piden al Gobierno una regulación de los tiempos de trabajo y descanso
Los pilotos han anunciado que van a posponer sus posibles movilizaciones hasta después de las Navidades, porque quieren que "todos pasen unas fiestas tranquilas y sin sobresaltos", ha indicado este martes a EFE un portavoz de su sindicato, SEPLA.
Este aplazamiento se produce cuando aún no se han calmado las aguas del plante de los controladores aéreos del pasado viernes, cuando la mayoría de ese colectivo se declaró "incapacitado" para trabajar en plena salida del puente de la Constitución. El caos consiguiente que se produjo en los aeropuertos sólo empezó a mitigarse cuando el Gobierno decretó el estado de alarma, por el cual se militarizó el servicio de control aéreo.
La misma fuente ha añadido que la reunión prevista esta semana con representantes de Fomento se ha retrasado hasta el próximo martes 14, cuando el sindicato espera tener un borrador encima de la mesa con el que negociar.
Petición de regulación de los tiempos de trabajo
El secretario de Estado de Transportes, Isaías Táboas, ha llamado al SEPLA para retrasar la reunión y el sidicato ha aceptado, según el portavoz del sindicato, quien ha añadido: "vamos a esperar a la reunión y queremos garantizar que no se va a complicar, por nuestra parte, el tráfico aéreo en Navidad".
La pasada semana se reunieron con Fomento los representantes de los pilotos y acordaron preparar un borrador en el que se incluyeran soluciones a las peticiones de este colectivo respecto a la regulación de los tiempos de trabajo y de descanso de los pilotos.
Los pilotos piden a Fomento que cumpla con su compromiso, adquirido hace un año, de publicar una circular que recogiera toda la normativa sobre los descansos de los trabajadores aéreos.
La normativa europea establece 2.000 horas de trabajo anuales y 900 horas de tiempo efectivo de vuelo, pero muchas compañías, por sus intereses económicos, superan a menudo estos máximos de actividad aérea, lo que genera una fatiga excesiva en las tripulaciones, según el SEPLA.