Japón fracasa en su intento de colocar una sonda en la órbita de Venus
- La sonda 'Akatsuki' no desaceleró lo suficiente para entrar en la órbita prevista
- El proyecto ha costado 230 millones de euros
La Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) ha anunciado la madrugada de este miércoles que la sonda 'Akatsuki' ha fracasado en su intento de colocarse en la órbita de Venus, casi siete meses después de haber sido lanzada desde la Tierra.
JAXA cree que la sonda, que este martes había llegado a las inmediaciones del planeta, no desaceleró lo suficiente para entrar en la órbita prevista y que finalmente superó la órbita de Venus, según la agencia local Kyodo.
La Agencia Aeroespacial de Japón ha indicado que está investigando las causas por las que la sonda no pudo entrar en órbita.
Una inversión de 230 millones de euros
Era preciso mantener encendido durante doce minutos el motor de la sonda para así poder frenarla y colocarla en la órbita deseada, proceso que al parecer no se ha producido por razones que todavía se desconocen.
En el desarrollo de 'Akatsuki' (Aurora en japonés) se invirtieron 25.200 millones de yenes, unos 230 millones de euros.
'Akatsuki' ha viajado 520 millones de kilómetros desde su lanzamiento a bordo de un cohete, el pasado 21 de mayo, desde el Centro Espacial de Tanegashima, en el sur de Japón, en la que era la primera misión nipona a Venus.
JAXA debía comprobar a última hora de este martes que su sonda había logrado entrar en órbita en Venus pero tuvo problemas de comunicación con la base de control. Con el paso de las horas, crecieron los temores de que la misión hubiese fracasado.
Tercer intento fallido
La 'Akatsuki' llegó este martes, a unos 550 kilómetros sobre la superficie venusiana y emprendió las operaciones para entrar en órbita, que finalmente han resultado fallidas.
Se trata de la tercera ocasión en que Japón trata de colocar una sonda en la órbita de un planeta que no sea la Tierra, tras dos intentos fallidos, en 1998 y 2003, esa vez en Marte.
La misión japonesa a Venus tenía el objetivo de estudiar durante dos años el clima y los misteriosos fenómenos atmosféricos de un planeta similar a la Tierra en tamaño y masa, pero con una presión 90 veces mayor y una temperatura de más de 400 grados centígrados.
Su objetivo era investigar el origen de los vientos huracanados y de gruesas nubes de ácido sulfúrico sobre Venus, además de examinar su posible actividad volcánica y realizar el primer mapa en tres dimensiones de la capa gaseosa que envuelve a ese planeta.