Enlaces accesibilidad

El Tesoro coloca deuda a diez y quince años, al mayor interés desde 1997, por la desconfianza

  • Han sido 2.400 millones en obligaciones a diez y 15 años
  • La rentabilidad ha sido del 5,85% y del 5,968%, respectivamente
  • La demanda ha superado la oferta, ha llegado a 4.573 millones de euros

Por

El Tesoro Público ha adjudicado 2.401 millones de euros en obligaciones a diez y quince años y sube el interés de ambas emisiones al mayor nivel desde 1997, en la primera subasta que celebra tras el anuncio de Moody's sobre una posible rebaja de la deuda pública española.

Según los datos del mercado, el Tesoro colocó 1.782,47 millones de euros en obligaciones a diez años con un interés marginal del 5,485%, por encima del 4,632% anterior, y 618,67 millones en obligaciones a quince años con una rentabilidad del 5,968%, superior al 4,552% de la anterior puja.

Al igual que ha ocurrido en las últimas subastas celebradas por el Tesoro, la demanda ha sido muy superior al nominal adjudicado, ya que las entidades solicitaron 4.573 millones.

La anterior subasta de obligaciones a diez años, celebrada en noviembre, se saldó con una subida de cinco décimas en su interés marginal, en tanto que en la de obligaciones a quince años, que tuvo lugar en octubre, el Tesoro tuvo que elevar su rendimiento seis décimas.

Sigue la desconfianza

Pese a que el informe de Moody's matizaba la amenaza sobre una posible rebaja aduciendo que la calidad crediticia de España es mucho más fuerte que la de otros países periféricos de la zona del euro, la desconfianza ha cundido entre los inversores.

De momento, la subasta ha repercutido negativamente en la prima de riesgo de España, que se mide con el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo. Este diferencial comenzaba la sesión en 246 puntos básicos y se elevaba minutos después de la puja hasta 250.

Los expertos indican que la fuerte demanda es un indicador del interés de los inversores por la deuda española y recuerdan el escaso interés que despiertan las emisiones de otros países, como Portugal o Grecia. Así mismo, descartan que si la deuda supera un determinado umbral de interés, como el 6%, sea inevitable que España entre en quiebra.