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Seúl reorganizará su sistema de gestión de crisis ante las 'continuas amenazas' de Pyongyang

  • El Centro de Gestión de Crisis tendrá otro nombre y nuevo director
  • Además pasará a tener más poderes de actuación

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Seúl reorganizará su sistema de gestión de crisis ante lo que considera continuas amenazas y provocaciones militares del régimen de Pyongyang, entre las tensiones en la península coreana, según ha informado la agencia local Yonhap.

Como parte de la reforma, el actual Centro de Gestión de Crisis pasará a llamarse Oficina de Gestión Nacional de Crisis y será dirigida por un alto funcionario, cuyo nombre no ha sido aún revelado, según un portavoz del presidente surcoreano, Lee Myung-bak.

El Gobierno surcoreano tiene previsto dar más poderes a este organismo y reforzar sus funciones en la gestión de eventuales crisis nacionales, según se ha decidido este martes en una reunión del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), encabezado por Lee.

Reforma tras las críticas

El CSN es un mecanismo presidencial de consultas sobre asuntos de seguridad nacional y política exterior que reúne al jefe de Estado, el primer ministro, los ministros de Exteriores, Defensa y Unificación y al responsable de los servicios de Inteligencia.

En tiempos de normalidad, la Oficina de Seguridad Nacional y Asuntos Diplomáticos será la que se encargue de las políticas vinculadas a estas dos áreas, mientras el nuevo organismo coordinará las respuestas del Gobierno ante situaciones de emergencia, según la agencia Yonhap.

El sistema de seguridad de Corea del Sur fue criticado duramente tras el hundimiento en marzo pasado del buque surcoreano "Cheonan", en el que murieron 46 tripulantes, y el posterior ataque norcoreano a la isla de Yeonpyeong el 23 de noviembre, que causó la muerte de dos civiles y dos soldados.

El pasdao lunes, Corea del Sur realizó maniobras militares en el Mar Amarillo (Mar Occidental) cerca de Yeonpyeong, en la tensa frontera con Corea del Norte.

Estos ejercicios, que duraron hora y media, fueron calificados por Corea del Norte como una "provocación militar", aunque el régimen comunista aseveró que no merecen una respuesta.