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¡Buen viaje, expedición Malaspina!

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A hombros de gigantes

Programa de divulgación científica. Es un espacio pegado a la actualidad con los hallazgos más recientes, las últimas noticias publicadas en las principales revistas científicas, y las voces de sus protagonistas. Pero también es un tiempo de radio dedicado a nuestros centros de investigación, al trabajo que llevan a cabo y su repercusión en nuestra esperanza y calidad de vida. Los sábados de 01:00 a 02:00 horas

El miércoles zarpó del puerto de Cádiz el buque de la Armada Hespérides, para emprender la mayor expedición científica en la historia de la oceanografía española.

Expedición que lleva el nombre del marino del siglo XVIII, Alejandro Malaspina, de cuya muerte se han cumplido 200 años. Más de 250 investigadores de 19 instituciones españolas participan en el proyecto, cifra que asciende a casi 400 al incluir a estudiantes e investigadores de las 16 instituciones extranjeras asociadas, entre las que se encuentran la NASA, la Agencia Espacial Europea y las universidades de California, Río de Janeiro, Washington y Viena.

Asistimos a la partida del buque y tuvimos la oportunidad de hablar con el responsable del proyecto, Carlos Duarte, investigador del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados-CSIC, quién nos explicó los detalles de esta aventura. El Hespérides tiene por delante 33.000 millas náuticas y siete meses de navegación.

En enero se le unirá el buque sarmiento de Gamboa, aunque este barco viajará a Santo Domingo y regresará a España. El equipo realizará pruebas en 350 puntos y recogerá 70.000 muestras de aire, agua y plancton desde la superficie hasta los 5.000 metros de profundidad.

El objetivo es desarrollar un estudio multidisciplinar, integrado por 11 bloques temáticos, para evaluar el impacto del cambio global y la biodiversidad del océano profundo.

Un mapa genómico del océano

Se medirán la temperatura, salinidad y concentración de nutrientes en las distintas zonas oceánicas, se estudiará el intercambio de gases entre océano y atmósfera, el destino del CO2 absorbido por el mar, la influencia de las sustancias químicas en el océano y su posible toxicidad.

Se calcula que hay más de dos millones de sustancias contaminantes distintas de origen humano en los mares. También estudiarán la diversidad y metabolismo del fitoplancton, el zooplancton y los microorganismos de las profundidades marinas.

Todas las muestras recogidas conformarán la Colección Malaspina 2010, que incluirá, además, información e imágenes sobre el desarrollo de la expedición y quedará sellada durante décadas a la espera de nuevos desarrollos científicos, a modo de cápsula del tiempo, que permitirá que las siguientes generaciones cuenten con un amplio material para investigar y sobre el que desarrollar nuevas técnicas.

El proyecto tiene además como objetivo impulsar las ciencias marinas en España y fomentar las vocaciones científicas. La expedición cuenta con un presupuesto de seis millones de euros financiados principalmente por el Ministerio de Ciencia, aunque también colaboran el CSIC, la Fundación BBVA, el Instituto Español de Oceanografía, la Fundación AZTI y las universidades de Cádiz y Granada.

El referente histórico: la expedición Malaspina (1789-1794)

El 30 de julio de 1789, dos semanas después del estallido de la Revolución Francesa, la primera expedición española de circunnavegación arrancó gracias al impulso de Alejandro Malaspina (Mulazzo, 1754 – Pontremoli, 1810), capitán de fragata de la Real Armada, y del marino José de Bustamante y Guerra.

Las corbetas Atrevida y Descubierta zarparon de Cádiz con rumbo a Montevideo como parte de una expedición de carácter científico y político patrocinada por el rey Carlos III. Astrónomos, cartógrafos, naturalistas y pintores viajaban a bordo con el encargo de emprender la aventura de circunnavegar el globo.

Tras cinco años de navegación, no dieron la vuelta al mundo pero exploraron tierras y mares de América, Asia y Oceanía.

Durante el viaje, los investigadores recabaron numerosos datos, cartografiaron territorios, registraron la fauna y exploraron el mar y el cielo, dando lugar a un ingente y valioso material que hoy en día se conserva en diversas instituciones como el Real Jardín Botánico (CSIC), el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) y el Museo Naval de Madrid. Estos archivos son aún objeto de estudio por parte de historiadores y biólogos.