La congresista Giffords permanece estable y es capaz de comunicarse con gestos
- Presentan los primeros cargos contra el detenido, que comparecerá este lunes
- EE.UU. debate sobre la crispación y en particular sobre la retórica del Tea Party
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La congresista estadounidense Gabrielle Giffords, que el sábado fue disparada en la cabeza, sigue en estado grave, pero es capaz de responder con gestos a órdenes simples, según los médicos, y no sufre inflamación adicional del cerebro.
"El que no haya cambios es bueno", ha explicado en rueda de prensa televisada Michael Lemole, jefe de la unidad de Neurocirugía del hospital University Medical Center en Tucson (Arizona).
Lemole ha explicado que la máxima inflamación puede alcanzarse a partir del tercer día y puede durar unos diez días.
Giffords sufrió el sábado un balazo en la cabeza desde una corta distancia cuando participaba en un acto con votantes frente a un supermercado en Tucson. El presunto responsable, un joven de 22 años, mató a seis personas durante el tiroteo e hirió a 14.
El suceso ha conmocionado al país, que se cuestiona por la crispación política y que mira en particular a la retórica agresiva de los ultraconsevadores del Tea Party en contra de personalidades como la legisladora demócrata de Arizona atacada, a pesar de que todavía se desconocen los motivos del atacante.
El doctor ha indicado, por lo demás, que es demasiado pronto para saber si la legisladora demócrata por Arizona podrá volver a hablar, mientras que otro de los doctores afirmó que el impacto de bala podría afectar su visión.
Esperanzas en su recuperación
Lemole ha mencionado que el hecho de que Giffords responda a órdenes básicas implica que las áreas del cerebro encargadas de coordinar esos movimientos "no sólo funcionan sino que se comunican entre sí".
En una conferencia de prensa esta mañana en el Centro Médico de la Universidad de Arizona, el jefe de traumatología, Peter Rhee, indicó que, debido a la operación que sufrió tras el disparo en la cabeza y la aplicación de ventilación asistida, no puede hablar, aunque sí es capaz de "comunicarse, de responder a órdenes simples".
La bala, de 9 milímetros y disparada con un arma semiautomática, entró por la parte frontal de la cabeza de la congresista, le atravesó el cerebro y salió por la parte posterior, sin cruzar de un hemisferio a otro.
Según los doctores, el hecho de que la bala que le atravesó el cerebro lo hiciese en la parte alta alimenta las esperanzas de los doctores que la tratan.
Señales positivas
Pese a la delicada zona afectada, el hecho de que el proyectil saliera sin explotar y que la congresista estuviera consciente y fuera capaz de hablar al llegar al hospital, hace que los médicos estén optimistas sobre su recuperación.
Gracias a la rápida intervención de los equipos de emergencias, la congresista fue operada sólo 38 minutos después del ataque.
El doctor explicó que, durante la operación, se frenó la hemorragia, se retiró el tejido dañado y también una porción del cráneo, que se reservará para ser reimplantado con posterioridad.
"La principal preocupación ahora es la inflamación del cerebro", dijo Lemole, quien explicó que, al retirar parte del cráneo, se impide que los huesos constriñan al cerebro, lo que ocasionaría daños adicionales.
El jefe de traumatología, Peter Rhee, indicó que una de las señales positivas del estado de Giffords es que, cuando se le retiró la sedación para una evaluación, ha podido "comunicarse de una manera no verbal".
La parte izquierda del cerebro es la que en muchas personas regula el habla y las sensaciones, explicaron los doctores, que no quisieron aventurar si la congresista sufrirá alguna merma en el futuro ni el tiempo de su recuperación.
El detenido no responde
Por su parte, el director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), Robert Mueller, ha confirmado que la congresista era el objetivo del ataque, en el que murieron seis personas y otras 13 resultaron heridas, ninguna tan grave como Giffords.
Mueller, que se ha desplazado a Arizona para seguir de cerca las investigaciones, ha informado de que el joven Jared Lee Loughner ha sido acusado de cinco cargos: por homicidio de dos funcionarios del Gobierno e intento de homicidio de otros tres.
Estos cargos son los que competen a esta instancia, aunque luego se añadirán otros tras su comparecencia ante el juez prevista para este lunes, según fuentes judiciales. Por ahora, las fuentes han indicado que el detenido, que compró el arma en noviembre pasado, no ha respondido a los agentes.
Los investigadores han hallado en casa del detenido diversas anotaciones, entre las que han destacado estas: "Lo tengo todo preparado", "Mi asesinato", y "Giffords", así como un agradecimiento por su asistencia a un mitin de la congresista en el 2007.
Gabrielle Giffords fue atacada durante una reunión con votantes convocada en las puertas de un supermercado en Tucson. Este domingo, el FBI difundió la foto de un segundo sospechoso, aunque al final ha resultado ser el taxista que llevó al presunto homicida.
Debate en la opinión pública
También se ha sabido que una mujer se abalanzó sobre el atacante para impedir que pudiera recargar su arma y seguir disparando a la multitud. Otro detalle que ha despertado sentimientos en la sociedad es que la niña de nueve años fallecida había nacido el 11 de septiembre, el día del atentado a las Torres Gemelas.
La prensa, mientras tanto, bulle de comentarios sobre la probable motivación política del ataque. que Giffords había sido criticada por el ultraconservador Tea Party por su apoyo a la reforma de salud y que su oficina fue atacada el día que la Cámara de Representantes aprobó esta medida.
El sherif del condado, Clarence Dupnik, ha dicho que "la retórica que la ira, el desafío y la paranoia sobre las acciones del gobierno y los intentos por llamar la atención de los electores todos los días y a todas horas, acaba por influenciar a la gente, sobre todo a los desequilibrados".
El detenido ha sido definido así por fuentes cercanas a la investigación. En la red social Myspace publicaba comentarios incoherentes y vengativos.
El sherif también ha dicho que "en los últimos meses Arizona se está convitiendo en capital de la intolerancia".