Las fuerzas de Gbagbo aumentan la presión sobre la ONU al incendiar sus vehículos
- El presidente ha decretado el toque de queda en varios barrios de Abiyán
- En los últimos dos días los enfrentamientos han dejado dos muertos
- La ONU denuncia los intentos de desalojo de los "cascos azules"
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La presión de las fuerzas leales al presidente saliente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, sobre los cascos azules ha subido un peldaño más este jueves después de que incendiasen varios vehículos de la ONU en Abiyán, sin causar heridos.
"El secretario general de la ONU está profundamente preocupado por que fuerzas regulares e irregulares leales al señor Gbagbo han empezado a atacar y quemar vehículos de Naciones Unidas", ha declarado el portavoz de la ONU, Martin Nesirky, en un comunicado.
En concreto se han producido seis ataques este jueves, incluyendo uno contra una ambulancia, causando heridas al conductor y a un médico.
Además, en la noche del martes al miércoles, en el barrio de Abobo, al norte, tres cascos azules de la ONU han resultado heridos durante una emboscada tendida por las fuerzas que están a favor de Gbagbo.
El presidente saliente, Laurent Gbagbo, a quien la ONU ha pedido que ceda el poder al que consideran vencedor de las pasadas elecciones de noviembre Alassane Ouattara, ha exigido la marcha de la ONU del país.
Toque de queda
Gbagbo ha decretado también el toque de queda en varios barrios populares de Abiyán, bastiones de su rival Alassane Ouattara, tras dos días de enfrentamientos en los que han muerto al menos once personas.
El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas marfileñas, general Philippe Mangou, leal a Gbaggo, ha informado esta mañana en la Radiotelevisión oficial (RTI) que el toque de queda estará vigente de siete de la tarde hora local a seis de la mañana hasta el próximo sábado en los barrios de Abobo y Anyama.
Las medidas de Gbagbo
Desde el pasado miércoles, ambos barrios están cercados por tropas de las Fuerzas Armadas y de seguridad, con tanquetas, vehículos blindados y gran número de efectivos, aunque desde ese momento no se han producido sucesos destacables, según ha declarado la Policía.
El general Mangou ha indicado que el dispositivo militar "se mantendrá en la zona el tiempo necesario para desalojar a los rebeldes que se esconden en el lugar" y ha acusado a los seguidores de Ouattara de "organizar ataques contra las Fuerzas de Defensa y seguridad", que respaldan a Gbagbo.
Por su parte, los ex rebeldes de las Fuerzas Nuevas, que no se desarmaron tras la guerra civil de 2002 a 2007 y que controlan el norte del país y defienden la sede provisional del Gobierno de Ouattara, en el Hotel Golf de Abiyán, negaron cualquier relación con los sucesos.
En contraste con la declaración del general Mangou, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advertía el pasado miércoles a las fuerzas leales a Gbagbo que deberán responder de los ataques de los dos últimos días contra el barrio de Abobo, en un comunicado leído por el portavoz de la ONU, Martin Nesirky.
Nesirky también ha expresado la preocupación del organismo por las informaciones procedentes de Abiyán de que las fuerzas de Gbagbo planean en las próximas horas otra acción contra seguidores de Ouattara.
Ha querido explicar, asimismo, que los hombres de Gbagbo tratan de forzar el desalojo de los "cascos azules" de la misión de la ONU en el país africano (ONUCI) enviados a Abobo para tratar de contener la violencia.
Incremento de los fallecidos
Tras la segunda vuelta de los comicios presidenciales en Costa de Marfil, la Comisión Electoral Independiente (CEI) daba la victoria con una amplia ventaja a Ouattara, resultado que fue certificado por la ONUCI y reconocido por la comunidad internacional.
Gbagbo no admitió ese resultado y recurrió al Consejo Constitucional, controlado por sus seguidores, que anuló la votaciones en siete departamentos ampliamente favorables a Ouattara y le otorgó la victoria, lo que ha rechazado la comunidad internacional, que le ha exigido que deje el poder.
Ambos contendientes se invistieron como presidentes y formaron sendos gobiernos, lo que ha creado una situación de tensión y generado un fuerte temor a la reanudación de la guerra.