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Una de las víctimas fallidas del asesino de Olot pide ir a visitarlo en la cárcel

  • Asegura que quiere preguntar al presunto asesino por qué pretendía matarle
  • La toma de declaración a los testigos comenzó este miércoles

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Una de las dos personas que se salvaron de morir a manos de Pere Puig, el vecino de Olot que mató a tiros a cuatro personas en diciembre, ha solicitado este jueves al juez permiso para visitarlo en la cárcel y preguntarle personalmente por qué le quería matar.

Guzmán Sánchez Maya, hijo del propietario del bar La Cuina de l'Anna, en el que Puig asesinó a sus dos primeras víctimas, los constructores Joan y Àngel Tubert, ha declarado este jueves ante el juez, en el segundo día de toma de declaración a los testigos, y le ha asegurado que no se explica por qué el presunto homicida pretendía matarle como ha declarado.

"El hijo del propietario del bar no le echó, ni discutieron, simplemente le pidió que dejara de molestar a la camarera y él decidió marcharse y no volver", dijo en declaraciones a la prensa el abogado de la familia Tubert, Carles Monguilod.

El juez no ha podido contestar a la petición ya que no es una competencia suya facilitar permisos para visitas en la prisión de Figueres. Para poder hacerlo, el interesado deberá enviar una petición formal al centro penitenciario y seguir los trámites habituales.

Dos supervivientes de la matanza

Puig, que asesinó el pasado 15 de diciembre a sangre fría a los dos Tubert y a dos empleados de la oficina de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) en la localidad gerundense de Olot, confesó ante el juez que en su lista negra estaba escrito el nombre de otras dos personas que se salvaron, Guzmán Sánchez y Marcelino Barris Corominas.

Ambos supervivientes han declarado ante el juez que quedaron "estupefactos" ante la noticia de que Pere Puig les quería matar e incluso Barris ha asegurado que hace más de un año que no había visto al acusado y que no recuerda haberle "mirado mal", tal como alegó el presunto homicida en su confesión inicial.

El hecho de que Puig confesara que quería haber matado a otras dos personas "jurídicamente no es una tentativa de matar, pero moralmente sí", ha dicho Monguilod.

Durante la mañana también han declarado otros testigos de los hechos, y todos han rehusado hacer declaraciones a la prensa después de prestar su testimonio ante el juez.