Antonio Banderas sigue rodando en Túnez pese a los disturbios políticos
- Participa en el rodaje de Black Gold junto a la actriz india Freida Pinto
- El equipo ha decidido continuar con la producción en Hammamet
El actor español Antonio Banderas y la actriz india Freida Pinto (Slumdog Millonaire) continúan trabajando en Túnez la película Black Gold, pese al estado de excepción y los disturbios que vive el país, cuyo presidente, Ben Ali, ha huido a Arabia Saudí, según informa la CNN.
Ambos actores estaban rodando en una localización cerca de Hammamet, una de las ciudades sitiadas por los disturbios y los saqueos, y, pese a la preocupación por la situación que vive el país, el equipo se mostró decidido a continuar con la producción.
Black Gold (Oro negro, en castellano) es un drama ambientado en Arabia durante los años 30, cuando se descubrió el petróleo, está dirigida por Jean-Jacques Annaud (El nombre de la rosa, Enemigo a las puertas y Siete años en el Tíbet) y en el reparto también están Mark Strong y el argelino-francés Tahar Rahim.
La CNN, que estaba rodando un 'making of' de la película para su programa 'Dentro de Oriente Medio' cuando estallaron los disturbios, pudo hablar en exclusiva con Banderas, que confía en que se solucione la situación.
"Espero que todo se conforme. Espero que ambas partes [en los problemas que tienen] estén abiertas a entender sus distintas posiciones y espero que empiecen a creer mucho en sus jóvenes porque son las personas que van a llevar el país hacia el futuro. Tienen que creer en ellos y tienen que pelear por ellos", ha dicho el actor malagueño.
El equipo estuvo rodando durante los cruentos disturbios del viernes y continuó el día siguiente y se mantuvieron informados sobre los acontecimientos a través de la televisión e internet. Aunque se les ofreció la oportunidad de irse, decidieron quedarse, aunque los actores internacionales se mostraron especialmente preocupados por sus colegas tunecinos.
La película es una producción de Empire Studios, la productora de Tarak Ben Ammar, el cineasta más famoso de Túnez y productor de películas como La última legión y La vida de Brian, además de sobrino del primer presidente de Túnez, Habib Bourgiba, que fue sustituido en el poder por Ben Ali hace 23 años. Ammar ve las protestas en su país como una gran oportunidad para la democracia y ha confiado en que siga siendo destino internacional para los cineastas en el futuro.