Enlaces accesibilidad

El presidente y el primer ministro tunecino dejan el partido de Ben Alí para salvar al Gobierno

  • Foued Mebazaa y Mohamed Ganuchi tratan de frenar la salida de opositores
  • El partido de Ben Alí le expulsa de sus filas junto a seis colaboradores
  • Los islamistas encabezan por primera vez las manifestaciones 

Por

El presidente interno de Túnez, Foued Mebazaa, y el primer ministro, Mohammed Ganuchi, han dimitido este martes de sus cargos en el Partido de la Reagrupación Democrática (RCD) del presidente depuesto Ben Alí para salvar al Gobierno interino después de que dimitiesen cuatro ministros de la oposición.

Por su parte, en un comunicado citado por la agencia oficial TAP, el RCD ha anunciado la expulsión de Ben Alí y seis de sus colaboradores "de acuerdo con la investigación llevada a cabo en el partido tras los graves sucesos que han sacudido el país" en las últimas semanas

Según la televisión estatal, el RCD ha expulsado además de a Ben Alí a sus principales consejeros, Ben Dhia y Abdelwahab Benabdellah, además de a Belhasan Trabelsi, hermano de la esposa del presidente depuesto y al yerno de éste, Sajer el Matteri.

La renuncia del presidente interino y del primer ministro de transición "encarna una decisión de separación entre los órganos del Estado y los partidos políticos", ordenada este lunes por el nuevo gobierno de unidad nacional, de acuerdo con TAP.

Dimisiones en cadena

Estos dos movimientos buscan frenar la caída del Gobierno de unidad formado este lunes tras las protestas en la calle que pedían la salida de partidarios de Ben Alí en puestos clave, que ha llevado a que los tres ministros de la la organización sindical tunecina UGTT, Abdeljelil Bédoui, Houssine Dimassi y Anouar Ben Gueddour,  han presentado su dimisión.

Sin embargo, el poderoso sindicato, que ha encabezado las protestas en la calle hasta ahora, ha respondido que sus ministros no volverán al Gobierno y han pedido que no haya ningún ministro que hubiese ostentado un cargo similar en los gobiernos anteriores.

"Esta petición no incluye a Mohamed Ganuchi, que recibió la petición constitucional de formar un nuevo Gobierno", ha aclarado Abid Briki, líder del sindicato.

Además, el líder del Foro Democrático por el Trabajo y la Libertad (FDTL),  partido de la oposición legal y que formaba parte del Gobierno, Mustafa Ben Jaafar, hasta ahora ministro de Sanidad,   ha presentado su dimisióntambién en protesta por la presencia de ministros del partido de Ben Alí. 

Asimismo, el partido de la oposición Ettajdid (ex comunista) amenazaba con dejar el Ejecutivo  si no dejaban el partido todos los ministros de Reagrupación Democrática (RCD),  partido del ex presidente Ben Alí.

En un comunicado, Ettajdid ha exigido  también la congelación de los bienes de RCD, "porque pertenecen al  pueblo". Si estas demandas no son satisfechas de "manera urgente",  Ettajdid ha amenazado con revisar su participación en el Gobierno.

Intentos para tranquilizar

Estas fuerzas de la oposición respondían a la presión ejercida desde esta mañana por miles de tunecinos se han lanzado a las calles tanto en la capital como en otras ciudades del país para protestar contra la formación de este Gobierrno de unidad.

El nuevo Gobierno de transición tunecino mantiene en todos los puestos  clave como Interior, Exteriores, Defensa o Finanzas a seis ministros del  RCD, además de a otros seis miembros de esa formación en departamentos  de menor peso.

"Hemos intentado realizar una mezcla que tenga en cuenta las diferentes fuerzas en el país para crear las condiciones necesarias para empezar las reformas", declaraba Ganuchi a primera hora a Europa 1 Radio, rechazando las acusaciones de que querían continuar la "dictadura" de Ben Alí bajo una nueva apariencia.

Su ministro de Exteriores y ex miembro del Gobierno de Ben Alí, Kamel Morjane, incidía en la misma línea y aseguraba que el Gobierno interino respondería a los temas que le demandaban los manifestantes indignados como la corrupción.

"Podría ser posible que el próximo Gobierno no tuviese ningún miembro del anterior", ha querido tranquilizar a los opositores.

Pero no ha sido suficiente. Tanto el sindicato UGTT como los tres partidos de la oposición del Gobierno están bajo la presión de los partidos ilegales, como los islamistas y la extrema izquierda, y de líderes en el exilio, como el hasta este martes exiliado Moncef Marzuki.

"La revolución debe continuar", ha declarado Marzuki a su llegada al aeropuerto de Túnez, donde ha vuelto a rechazar el ejecutivo de unidad.

Así las cosas las manifestaciones para acabar con la presencia del RCD en el Gobierno han continuado esta mañana.

La Policía tunecina ha reprimido con dureza a un millar de tunecinos que se han manifestado este martes en la avenida principal del centro de la capital de Túnez.

A la cabeza de esta manifestación se encontraba el líder islamista, Sadok Chourou, antiguo presidente del movimiento islamista tunecino prohibido Ennahdha y liberado en octubre de 2010 tras pasar 20 años en prisión.

Los islamistas vuelven a escena

"El nuevo Gobierno no representa al pueblo y debe caer", vaticinaba Chourou.

Los islamistas han sido hasta ahora espectadores pasivos de lo ocurrido pero quieren aprovechar la caída de Ben Ali para volver a la escena política,  imitando el modelo de los islamistas turcos en el poder para no asustar a una sociedad mayoritariamente laica.

Este martes han participado por primera vez desde los disturbios en una manifestación mientras tratan de acelerar su legalización después de que Ganuchi anunciase que todos los partidos políticos serían legales.

Fundado en 1981 por intelectuales inspirados en los Hermanos Musulmanes egipcios, el partido Nahda (Renacimiento) fue tolerado durante unos años, incluso cuando el régimen del presidente Ben Alí llegó al poder en 1987.

Fue cuando en las elecciones de 1989 se presentaron con una lista de "independientes" registrando un 17% de apoyo cuando sus activistas empezaron a ser perseguidos y encarcelados.

"Si la democracia se impone, seremos una parte del juego político como los otros, vamos a ejercer nuestros derechos y deberes", ha advertido Ali Laraidh, dirigente del partido que ha llamado a una "amnistía general" a todos los miembros del partido, incluido Rached Ganuchi, el líder islamista en el exilio en Londres.