Interpol emite una orden de arresto internacional contra Ben Alí y su familia
- Está acusado de "adquisición ilegal de bienes muebles e inmuebles"
- Unos 11.000 presos se han escapado de las cárceles tunecinas
- Y 2.460 personas han sido puestas en libertad desde la caída de Ben Alí
Interpol ha emitido una orden de arresto internacional contra el expresidente tunecino Zine Al Abidine Ben Alí y seis de sus familiares, entre ellos su esposa Leila Trabelsi, por la "adquisición ilegal de bienes muebles e inmuebles" y por "transferir ilícitamente divisas al extranjero".
La organización de cooperación policial internacional, con sede en la ciudad francesa de Lyon ha enviado la alerta a sus 188 oficinas con la orden de "buscar, localizar y detener al señor Ben Alí y su familia para su extradición a Túnez".
Interpol responde así a la petición de la justicia tunecina que había demandado su ayuda para detenerlos.
El ministro de Justicia tunecino, Lazhar Karoui Chebbi, ha asegurado que seis miembros de la guardia de Ben Alí, incluyendo a Ali Seriati, serán juzgados por "conspiración contra el estado de seguridad e incitar a la gente con armas". Por otro lado, no hay acciones legales en marcha contra el anterior ministro del interior, Rafik Belhaj KAcem, que dirigió sus esfuerzos a aplacar la insurreción cuando explotó.
Más de 2.600 presos liberados
Pero no ha sido el único anuncio. Según el ministro, unos 11.000 presos se han escapado de las cárceles tunecinas durante los motines que han seguido a la marcha del expresidente, por lo que ha hecho un llamamiento para que regresen.
El titular de Justicia no ha dado más detalles de los presos, pero el número es mayor de lo que se creía previamente.
Durante esos mismos motines, 71 presos resultaron muertos, de los que 48 perdieron la vida en el incendio de la prisión de Monastir, en el centro del país un día después de la salida de Ben Alí, cuando varios presos prendieron fuego a sus camas.
Durante esa jornada se produjeron también motines e intentos de incendio en las prisiones de las regiones de Gafsa y Kaserín, en el centro oeste, y en las de Bicerta y Mornaguía.
Además, Chebii ha asegurado también que otros 2.460 presos han sido puestos en libertad desde que Ben Alí cayó. No está claro cuántos de ellos estaban en prisión por crímenes políticos.
Continúan las revueltas
Por otro lado, un día más continúan las revueltas en la capital de Túnez, donde este miércoles por la mañana la policía antidisturbios ha lanzado granadas con gas lacrimógeno a los manifestantes que intentaba pasar el cordón policial que bloqueba el acceso a la esplanada donde se sitúa la oficina del primer ministro, según la agencia AFP.
En respuesta a las granadas lacrimógenas, los manifestantes han arrojado piedras. Por su parte, el ejército que intervino la víspera entre policías y manifestantes, este miércoles por la mañana permanece pasivo.
Y es que la seguridad ha sido reforzada y se ha instalado un cordón bloqueando el acceso a la esplanada de la Kasbah, donde cientos de manifestantes, algunos llegados desde las regiones más contestarias del país, permenecen por tercera noche consecutiva, desafiando así el toque de queda.
Una posible remodelación
Estos incidentes se producen justo el día en el que el Gobierno de transición debe anunciar la remodelación ministerial, una medida con la que se espera calmar a los tunecinos que protestan cada día en la capital contra la presencia en el Ejecutivo de miembros del antiguo régimen de Ben Alí.
"Abajo el Gobierno", gritaban los manifestantes desde primeras horas de la mañana de este miércoles, que han asegurado que se quedarán en la plaza hasta el derrocamiento del Gobierno.
"Tenemos una sola demanda: que el Gobierno caiga, deben marcharse y Ghanuchi, el primero", ha asegurado un joven tunecino que ha pasado la noche en la plaza. "Hay que limpiar los restos del antiguo régimen. Este gobierno es el del 7 de noviembre", fecha del golpe de estado que llevó al poder al presidente depuesto Ben Alí en 1987, ha indicado otro manifestante.
El cierre de los principales acceso a la Kabah por las fuerzas de seguridad ha impedido el avituallamiento de ropa y comida de los manifestantes, lo que ha provocado que aumente el malestar entre los congregados en la plaza. "Queréis que pasemos hambre, nos queréis asediar", gritaba a las fuerzas otro joven llegado desde Sfax, a 270 kilómetros al sur de Túnez.
Huelga general en Sfax
Estas manifestaciones coinciden con la huelga general convocada en Sfax, la segunda ciudad de Túnez, y que está siendo "seguida por miles de trabajadores de todos los sectores", según Amine Cheffie, miembro de la oficina regional de la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT).
Los huelguistas han comenzado a reunirse delante de la sede regional de la UGTT, organización que ha jugado un papel importante en la organización de las manifestaciones de la "Revolución del jazmín", para pedir la disolucón del Gobierno de transición. Asimismo, "vamos a pedir la disolución por completo del RCD, el partido del expresidente Ben Alí", ha añadido Cheffi.
La unión de Sfax, importante metrópoli económica y bastión histórico del sindicalismo tunecino, ha pedido asegurar los servicios mínimos en los sectores esenciales como el agua, la electricidad o los hospitales.