Niños robados y madres engañadas buscan justicia y saber la verdad
- ANADIR ha presentado ante la Fiscalía 261 casos de supuestos hijos robados
- Denuncian una trama de adopciones ilegales entre los años 20 y 90
- "Muchos padres compraron a sus hijos por 1.000 euros", aseguran
- Exigen a la Fiscalía una investigación en toda España "para saber qué pasó"
Ver también: Crónicas-Vidas robadas
Antonio Barroso descubrió con 38 años que su madre no era su madre. Una llamada le cambió la vida. Su amigo de la infancia, José Luis, le contó que su padre, antes de morir, le confesó que los dos fueron "comprados" por 200.000 pesetas en un hospital de Zaragoza.
A partir de ahí su vida dio un vuelco, descubrió que su partida de nacimiento era falsa y que su madre biológica era desconocida para él. Ahora lucha por saber de dónde viene y quién es.
"Desde que supe qué pasó me siento secuestrado porque fui un niño robado", ha relatado Barroso a RTVE.es.
La asociación que ha creado y que dirige, ANADIR, ha presentado este jueves ante la Fiscalía General del Estado 261 supuestos casos de hijos robados con un único objetivo: abrir una investigación con un criterio unificado en todas las fiscalías para esclarecer lo que pasó.
En la denuncia se incluyen partidas de nacimiento falsificadas, pruebas de ADN de los afectados, declaraciones de padres que compraron a sus hijos y testimonios de enfermeras que participaron en las adopciones irregulares.
"Nunca vi el cadáver de mi hija. Está viva"
Barroso es una de las caras de este drama. La otra la representan casos como el de Paloma Moset, quien denuncia que le robaron a su hija en un hospital de Madrid en el año 1984.
"Yo fui madre soltera y las comadronas, ya antes de dar a luz, trataron de convencerme de que diera en adopción a mi hija", cuenta a RTVE.es.
"Sólo recuerdo que me durmieron, me hicieron una cesárea y cuando desperté, me dijeron que mi bebé había muerto", añade, en un relato desgarrador que concluye diciendo: "Nunca vi el cadáver de mi hija y me amenazaron con encerrarme por loca. Sé que está viva".
“Por mil euros muchos compraron a sus hijos“
El presidente de la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares asegura que entre las décadas de los años 20 y 90 se produjeron en España unas 200.000 adopciones irregulares. "En los años del franquismo por mil euros (unas 160.000 pesetas de entonces) muchos compraron a sus hijos", dice.
Barroso cuenta otro caso dramático. El de una mujer que decide buscar a su madre biológica con 40 años y tras años de investigación y "mucho dinero gastado" la encuentra. La madre tenía una partida de defunción falsa de su bebé y tras una prueba de ADN se ha confirmado este año que son madre e hija. "Nada menos que 40 años engañadas", afirma.
“No pararemos hasta saber la verdad“
Hijos que buscan a sus padres, padres que quieren recuperar a hijos que dan por muertos. "No vamos a parar hasta saber la verdad, saber qué pasó y por qué se permitió", ha señalado Barroso.
Trama organizada en el sector sanitario
Desde la asociación hablan de trama organizada en el sector sanitario con la implicación de médicos, enfermeras y comadronas. "También algún cura y monja sabía del robo de niños tras nacer", ha denunciado Barroso, que habla de adopciones irregulares tanto en hospitales públicos como privados.
“Algún cura y monja sabía lo que pasaba“
Creen que se ha producido delito de falsedad documental, tráfico de niños y secuestro y hablan incluso de responsabilildad del Estado en el caso de clínicas públicas.
El abogado de la asociación, Enrique Vila, ha manifestado que "existía una red organizada que tenía capacidad económica, entre los captadores y los intermediarios de padres y clínicas donde se facilitaban esos niños".
En el escrito de denuncia que se ha presentado este jueves se incluye la declaración de un sepulturero que reconoce que muchos padres creyeron enterrar a sus bebes supuestamente muertos mientras que las tumbas sólo guardaban sábanas.
"Es atroz, muchos pagaron a sabiendas de lo que se hacía, otras familias pagaron por bebés creyendo que sus progenitores los entregaban libremente", apunta el presidente de ANADIR. "Queremos que nuestras vidas dejen de ser una mentira", concluye.