Enlaces accesibilidad

Incluso la leche será negra

  • Miguel Narros dirige Los Negros de Jean Genet, en los Teatros del Canal
  • Trata de la lucha entre el pueblo negro y el decadente poder colonial blanco

Por
"Los negros" de Jean Genet se estrena en España

Lo primero que percibe el turista occidental cuando viaja por primera vez a Africa es la inmensidad de la negritud. Lo segundo que le sorprende es la variedad de tonos, anatomías y fisionomía entre los millones de personas de raza negra que pueblan ciudades como Dakar, por poner sólo un ejemplo. Esa variedad sobre todo de tonos de piel -desde el negro negrísimo hasta un mestizo que más parece blanco- es también algo que sorprende al espectador de Los negros de Jean Genet, en la producción que dirige, estos días, el veterano Miguel Narros en los Teatros del Canal de Madrid.

Hasta los negros son blancos

Todos los actores que vemos son realmente negros, aunque algunos (por ejemplo la Reina) parecen blancos. De hecho, la Reina, que bien podría ser la de Inglaterra, y otros personajes que encarnan el poder occidental, son negros con máscara que hacen de blancos.

Miguel Narros ya intentó en 1970 llevar a escena este montaje, basado en una obra escrita en 1959 por uno de los grandes representantes de la literatura francesa y europea como es Jean Genet, de quien en 2010 se celebró el centenario de su nacimiento. Tras realizar el casting, Narros decidió que aquél proyecto, además de arriesgado, resultaba inviable al no haber encontrado a los protagonistas adecuados.

Unos 40 años después, a sus 72 años, Narros, logró estrenar su espectáculo, en noviembre en el Teatro Palacio Valdés de Avilés, con una acogida extraordinaria. Y ahora llega a los Teatros del Canal. El reparto en esta ocasión está formado por actores, muchos de ellos con bastante experiencia aunque quizás por razones evidentes en papeles menos principales. Actores como Boré Buika (en el papel de Village, uno de los protagonistas), Ovono Candela (el juez), Claudia Coelho (la reina), Elton Prince (Archibald), la conocida cantante de hip-hop Dnoé (Felicité) o la pianista Eloísa Martín.

Hombre negro mata a mujer blanca después de violarla

Ese doble crimen sería en una línea, el argumento aparente de esta obra de Jean Genet. Sin embargo, tanto ese suceso como el ritual funerario que celebran los negros ante el ataúd de la presunta difunta durante casi toda la obra, son sólo una excusa para poner en evidencia los tradicionales enfrentamientos entre el poder blanco y los ciudadanos negros sometidos.

Y lo hace sin tapujos, los blancos y los propios negros reflejan los tópicos que atribuyen los primeros a los segundos; así se habla de su fuerte olor, de su lascivia ("son los mejores folladores" afirma en un momento dado, uno de los jerarcas blancos) o de instintos atávicos, ligados a la danza y el canto, que también están presentes en la pieza.

Genet fue un gran defensor de los desherados, los marginados en general, y no sólo los homosexuales con quienes más se le identifica por su primera novela autobiográfica Nuestra Señora de las Flores (1944). En el caso de Los negros, Genet, cita Miguel Narros, dijo que no había escrito este texto en favor de los negros sino para que ellos reaccionaran y, a través de ellos, se creara la revolución.

Diálogo ácido entre civilizaciones

"Incluso la leche será negra, el arroz será negro, y la ópera también", advierte rudamente una sensual mujer negra ante una reina coronada, con capa de armiño pero tan asustada como Maria Antonieta. Es uno de los momentos más intensos del enfrentamiento entre el grupo de Village (el presunto asesino de la mujer blanca) y el grupo de poder formado por otros cinco actores negros, con sus rostros cubiertos por máscaras blancas. Estos últimos representan a la reina, su valet, el gobernador, el misionero y el juez; los poderes de cualquier estado colonial.

Los que quedan en el escenario nos cuentan que todo era una ficción: el teatro dentro del teatro, para llamar hacer pensar o como decía Genet para incitar a una revolución pendiente.

Representan los poderes de cualquier estado colonial: la reina, su valet, el gobernador, el misionero y el juez. Son quienes deben juzgar y condenar al asesino negro..Los actores disfrazados de blancos pasan casi toda la función subidos a una atalaya de madera desde la que ven el mundo desde arriba. Desde allí, ven también el ritual de los negros ante el catafalco e incluso la reconstrucción del crimen que obligan a hacer a Village y a otro personaje a quien disfrazan de mujer. En un momento dado, los poderosos bajan al nivel terrenal para enfrentarse cara a cara con el populacho.

Es entonces cuando la reina reprocha a sus súbditos que la critiquen a ella "que se ha puesto un manto tan bonito para visitarles" y el misionero (que es un obispo) les echa en cara que "toda el agua que debieron de gastar para bautizar a todos los negros"

Al final, la farsa termina... No hay muerta en el ataúd...los negros disfrazados de blancos se marchan por donde han venido después de haber sido matados simbólicamente con una pistola. Pero antes de marchar advierten por boca de la reina: "seguiremos escondidos bajo la tierra como las larvas"