El descontento con las decisiones políticas de Mubarak alienta las protestas
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La insatisfacción con las decisiones políticas tomadas por el presidente egipcio, Hosni Mubarak, ha alentado a miles de egipcios a continuar hoy con las protestas en la plaza Tahrir con el fin de conseguir un verdadero cambio de régimen.
Los manifestantes, vigilados por las tropas del Ejército, no ocultaban su descontento con el nombramiento de dos generales en altos cargos del Estado, al jefe de los servicios de inteligencia, Omar Suleimán, como vicepresidente, y a Ahmed Shafiq como primer ministro.
"No queremos ni a Suleiman ni a Shafiq, queremos que Mubarak cambie todo", dijo el administrativo Ekrami Elzaiat, que ha pasado toda la noche en Tahrir junto a unas 2.000 personas.
Elzaiat, que también es miembro del partido opositor Wafd, subrayó que "lo mínimo es que Mubarak acabe ya con su periodo de gobierno y no se presente a las próximas elecciones (presidenciales)", previstas para el próximo septiembre.
Para Ali Mustafa, un hombre de unos 50 años asiduo a las manifestaciones, Suleimán es "un hombre de EEUU", que en la negociaciones entre israelíes y palestinos "siempre estaba del lado israelí", mientras que Shafiq es como "el hermano de Mubarak".
Rechazo a los nuevos dirigentes
Tanto Mustafa como Elziat rechazan a estos nuevos dirigentes, pero difieren de las razones que han llevado a Mubarak a decidir estos nombramientos.
El primero cree que "Suleiman y Shafiq han venido para ayudar a Mubarak a salir (del poder)", pero el segundo opina que estas designaciones tienen el fin de "reforzar la posición de Mubarak en el Ejército".
En la plaza Tahrir (plaza Liberación), símbolo de las protestas de los últimos días, algunos se muestran un poco hastiados del control militar de la política, que se remonta a la Revolución de los Oficiales Libres de 1952, que derrocó a la monarquía egipcia.
"No necesitamos a nadie del Ejército (en el poder), necesitamos a alguien del pueblo", indicó a Efe Nurdin Mohamed, mientras recogía sus enseres y la manta con la que se arropó por la noche.
Para la mayoría, el Ejército "es amigo del pueblo", porque no ha cargado contra los manifestantes como hizo la policía, pero cada vez son más las voces que critican la ambigüedad que están demostrando las Fuerzas Armadas, según los activistas de la oposición.
El egipcio Mohamed Atteya es uno de los que dudan de la posición de estas fuerzas. "Todavía no sabemos si el Ejército está con nosotros o no. Si nos apoya tiene que arrestar a Mubarak", subrayó.
Orgullosos de las protestas
El futuro político del país es el tema de todos los grupos, que se acomodan como pueden en las calles, que son patrulladas por tanques y están salpicadas de vehículos calcinados, basura, piedras y cristales.
Existen dudas en la calle sobre si estas protestas lograrán la salida inmediata de Mubarak o simplemente reformas políticas de cara a los próximos comicios, pero sea el resultado que sea se sienten ya contentos de lo logrado.
"Si no tenemos éxito de quitar a Mubarak, al menos hemos conseguido que (su hijo menor) Gamal no llegue a la Presidencia; y eso es muy importante", señaló Mustafa.
Los egipcios se muestran muy orgullosos de estas protestas, que para ellos son más importantes que las de Túnez, que forzaron la caída de entonces presidente Ben Alí, o incluso que la Revolución Francesa.
Entre ellos Atteya, para quien es "la mejor revolución de la historia, porque no es una revolución de hambrientos sino del pueblo por la libertad".