Ranas que 'involucionan' y vuelven a tener dientes 230 millones de años después
- Las G. guentheri recuperan sus dientes inferiores millones de años después
- Este descubrimiento desafía la Ley de Dollo o de la irreversibilidad evolutiva
Una especie de ranas (Gastrotheca guentheri) que habitan en las regiones boscosas de los Andes, entre Colombia y Ecuador, han recuperado sus dientes en las mandíbulas inferiores.
Son los únicos batracios del mundo con dientes tanto en la mandíbula inferior como superior. Según un equipo de científicos de la Universidad Stony Brook (Nueva York), la especie había perdido sus piezas dentales inferiores hace 200 millones de años, pero los han recuperado, como recoge la BBC.
La 'reaparición' de estos dientes fomenta el debate sobre si los rasgos complejos de las especies se pierden en la evolución o si pueden resurgir, aunque los expertos sugieren que esta prueba identifica un 'vacío legal' sobre todas las teorías anteriores.
Características inusuales
Estos anfibios también son conocidos como 'ranas marsupiales'. Llevan sus huevos en bolsas, como los canguros. La diferencia es que las ranas tienen el marsupio en la espalda y no en el vientre como los mamíferos australianos.
Además, las G. guentheri son las únicas que tienen dientes en la mandíbula inferior, lo que las convierte en unos batracios con características excepcionales, y clasificadas como especie vulnerable por la Unión para la Conservación de la Naturaleza por su "muy fragmentado hábitat".
John Wiens, autor principal del estudio, reconoce que "tras combinar datos de fósiles y secuencias de ADN pudimos demostrar que perdieron sus dientes hace más 230 millones de años, pero reaparecieron en los últimos 20 millones", como figura en las conclusiones del trabajo publicadas en la revista científica Evolution.
“Los rasgos 'perdidos' pueden re-evolucionar incluso después de desaparecer hace millones de años“
Hasta la fecha, la comunidad científica se basaba en la 'Ley de Dollo' (o de la irreversibilidad evolutiva), en la que se afirma que los rasgos 'pérdidos' durante la evolución de la especies no se pueden regenerar.
Pero este descubrimiento, afirma el Dr. Wiens, "proporciona una evidencia muy fuerte de que los rasgos anatómicos perdidos durante la evolución pueden volver a evolucionar, incluso después de estar ausentes durante cientos de millones de años".
Un vacío, insiste el científico, que puede aplicarse a otros casos como la re-evolución de los dedos 'perdidos' en los lagartos, las alas en el insecto palo o el periodo de larvas de las salamandras.