Internamiento preventivo en régimen cerrado para el menor detenido en Arriate
- Hallan restos que podrían ser de sangre en una zapatilla deportiva del menor
- El menor se ha acogido a su derecho de no declarar ante la Guarcia Civil
- Los padres de la víctima piden que no se culpe a la familia del detenido
El Juzgado de Menores número 1 de Málaga ha decretado internamiento preventivo en régimen cerrado para el menor de 17 años, detenido ayer por la Guardia Civil en Arriate (Málaga) por su supuesta implicación en la muerte de María Esther Jiménez, de 13 años.
Los investigadores han hallado restos que podrían ser de sangre en una zapatilla deportiva del menor. En el transcurso del registro domiciliario efectuado por los agentes ayer en la casa del chico, se encontraron esos restos, que estarían quizás también en alguna ropa.
Ahora las fuerzas de seguridad tendrán que analizarlos para comprobar si los restos son de sangre y, en su caso, a quien corresponden.
El menor se ha acogido este viernes a su derecho a no declarar ante la Guardia Civil, en cuya Comandancia ha estado acompañado por su abogado.
La abogada de la familia de la víctima, Bárbara Royo, ha informado a los periodistas de la situación en que ha quedado el menor, aunque no ha precisado más detalles al respecto, mientras que los familiares de María Esther, que acompañaban a la letrada al salir de la Ciudad de la Justicia, no han efectuado declaraciones.
Los padres se van del pueblo
Los padres de María Esther tienen previsto acudir a continuación a la Fiscalía de Menores junto a su abogada.
También han anunciado su decisión de abandonar Arriate, y han pedido que no se culpe a familia del detenido.
El padre de la niña, Juan Isidoro Jiménez, ha pedido a sus convecinos que no responsabilice a la familia del arrestado, porque no tiene culpa de lo que ha hecho el chico, que formaba parte del grupo de amigos de María Esther. Ha sabido que el abuelo del detenido ha sufrido un infarto, ante lo que ha expresado al respecto que están con la familia.
En este sentido, ha precisado que coincide que se ha quedado sin trabajo en el pueblo y que la empresa le ha ofrecido otro puesto en Paterna de Rivera (Cádiz), de donde es natural su esposa y donde fue enterrada María Esther, por lo que se van a ir allí, ya que además la hija mayor estudia en Cádiz.
La madre ha asegurado que en la población ya no tienen "nada", porque el cuerpo de la niña descansa en su localidad, y que se les ha roto "la vida entera", al tiempo que ha comentado que la familia del detenido puede estar tranquila porque no la van a molestar.
Sobre su hija menor, de cinco años, Carmen ha indicado que "no quiere salir de casa porque tiene miedo a perderse", y el padre añade que "es la chiquitilla" la que les hace levantarse cada mañana.
Juan Isidoro ha asegurado que tras la detención está "un poco más aliviado y más descansado", que no conocían al arrestado, que no sabe si habrá más arrestos y que confían en la Justicia, con la que está contento y a la que pide que siga haciendo su trabajo. No sospechaban del detenido, pero sienten "alivio de que ahora no esté haciendo más daño".
Sin embargo, también se pregunta "cuánta gente tiene que morir para que cambien las leyes, porque a cada instante están muriendo niños y niñas".
La menor fue amenazada
El detenido es vecino de la localidad de la víctima, Arriate, y en numerosas ocasiones había pedido justicia tras el hallazgo del cadáver de la niña, que fue encontrado con un golpe en la cabeza el pasado 20 de enero en la caseta de una depuradora de la localidad. Las pesquisas continúan debido a que se trata de un menor y se investigan todavía ciertos extremos, aunque las pruebas de ADN y los restos biológicos coinciden con el arrestado.
Los agentes practicaron ayer dos registros en Arriate en busca de nuevas pruebas con presencia de la Policía Científica, en concreto en el domicilio del detenido y en la casa de un familiar.
Más de cien personas se concentraron cerca de la vivienda del menor durante el registro y, cuando fue sacado del inmueble por el instituto armado, los vecinos le llamaron "asesino" y "criminal".
La autopsia confirmó la muerte violenta de la niña, cuyo cuerpo se encontró un día después de su desaparición con la cara cubierta en una caseta donde los investigadores hallaron muchas huellas.
Dos meses y una semana antes de la muerte, se recibieron en la casa de la niña dos cartas anónimas con amenazas hacia la menor y que terminaban con la frase "María Esther, si hablas te mato".
Entonces los padres pusieron el contenido de esas misivas en conocimiento de la Policía Local y el instituto de enseñanza secundaria donde estudiaba la joven, y fue a raíz de la muerte cuando informaron a la Guardia Civil de ello.