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Suleimán y la oposición ponen fin a 30 años de estado de emergencia en Egipto

  • Acuerdan crear un comité de reforma constitucional para limitar mandatos
  • Cancelan la ley que ha permitido detener sin cargo en el régimen de Mubarak
  • El pacto refuerza tanto al vicepresidente como a los Hermanos Musulmanes
  • Los Hermanos Musulmanes dicen que la reunión de hoy "sólo fue un primer paso"
  • Toda la información sobre las revueltas de Egipto en nuestro especial

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Suleiman se reune por primera vez con representantes de la oposición egipcia

El vicepresidente egipcio, Omar Suleimán, ha dado un paso clave para demostrar que sus intenciones reformistas son ciertas al acordar con la oposición, incluidos los Hermanos Musulmanes,  el fin de la ley de emergencia que ha limitado seriamente las libertades en Egipto en los últimos 30 años.

Ahora, un comité de reforma que incluirá al poder judicial y a una serie de figuras políticas propondrá la reforma  de la Constitución y las modificaciones legislativas necesarias antes de la primera semana de marzo.

Según la televisión estatal, en una reunión mantenida este domingo se ha acordado la reforma de los artículos 76 y 77 que estipulan los requisitos para ser candidato presidencial, y el número de mandatos que el presidente puede permanecer en el poder.

Sin embargo, la propuesta de más calado es la supresión de la ley de emergencia, que permite al Gobierno detener a los ciudadanos sin cargos por un tiempo ilimitado y que es el símbolo del precio a la libertad que han pagado los egipcios por la seguridad ofrecida por el Rais.

De hecho, la ley se aplica y se ha aplicado con toda su contundencia durante las protestas desatadas en los últimos días, dejando más de un millar de detenciones.

Los Hermanos Musulmanes, pieza clave

Curiosamente, el debate el pasado mes de mayo en el parlamento en el que se acordó prorrogar por otros dos años el estado de emergencia puso en evidencia los síntomas de agotamiento del régimen, que tuvo que esforzarse como nunca para justificar una limitación a la libertad que nadie entendía.

La retirada de la ley era una de las peticiones clave de los Hermanos Musulmanes,  tal y como habían anunciado en su página web.

Y es que más allá de los resultados del encuentro, éste ha tenido el valor simbólico de ser la primera vez durante el régimen de Hosni Mubarak en que representantes de las autoridades se reúnen de manera pública con dirigentes de los Hermanos Musulmanes, un grupo ilegalizado pero tolerado por el régimen egipcio y la fuerza política mejor organizada de la oposición.

Los Hermanos Musulmanes de Egipto han afirmado este domingo que los acuerdos anunciados al final de la reunión con el vicepresidente Omar Suleimán y otros representantes políticos "no son suficientes" y que el encuentro de hoy "sólo fue un primer paso".

"La reunión de hoy es tan sólo un primer paso para examinar al régimen (de Hosni Mubarak) y ver si realmente tiene buenas intenciones", afirmó en una rueda de prensa el dirigente de la organización islámica Saad Katatni.

Los Hermanos Musulmanes ya anunciaron que entre sus exigencias iniciales está la renuncia del presidente Hosni  Mubarak.

Reacciones en la plaza Tahrir

El acuerdo supone un espaldarazo tanto para Suleimán como para los Hermanos Musulmanes, dos figuras clave para el Egipto post-Mubarak pese a que ni el vicepresidente ni ningún representante de la organización islamista se van a presentar a las elecciones de septiembre, según ellos mismos se han encargado de aclarar.

Para Suleimán y más allá de las buenas palabras, ésta es la primera reunión con un resultado concreto con la oposición desde que tras su nombramiento hace poco más de una semana Mubarak le encargase contactar con los grupos políticos.

Los Hermanos, por su parte, recobran un protagonismo perdido al comienzo de las protestas y logran convertirse en un actor reconocido en el futuro de Egipto, tras años en el ostracismo.

Las reformas constitucionales acordadas también son un guiño a las peticiones de otro líder opositorMohamed El Baradei, que anunció su retirada de la carrera a las presidenciales de septiembre el año pasado precisamente por los requisitos para ser candidato.

Por este motivo, había pedido un boicot a los comicios hasta que no hubiese una reforma constitucional, que ahora parece que llega.

La gran incógnita es saber qué respuesta tendrán estos acuerdos de despacho en los manifestantes de la plaza Tahrir, que cumplen su día decimotercero de protestas entre presiones del ejército para que se marchen y dejen reabrir el tráfico en el corazón de El Cairo.