'El pequeño Christian', un cómic sobre la pérdida de la inocencia con mucho humor
- Su arutor, Blucht, recibió el Gran Premio de Angouleme 2009
- Inspirado por 'El pequeño Nicolás' dinamita sus recuerdos infantiles
Blutch (Christian Hincker)
Nacido en 1967, Blutch es uno de los grandes renovadores del cómic francés de las dos últimas décadas, con obras como 'Peplum', 'La Voluptuosidad' o 'Velocidad moderna', en las que la profundidad y la poesía se dan la mano para conseguir obras que podrían figurar en cualquier museo de arte moderno. Porque su dibujo, enérgico, vigoroso, en el que sacrifica el detalle para centrarse en la potencia visual, no tiene igual. Autor inquieto, cada una de sus obras supone una nueva revulsión.
El pequeño Christian (Norma Editorial) es la historia de un niño que sueña con ser adulto contada por un adulto que quiere volver a ser un niño. Son los recuerdos infantiles de Blutch (Christian Hinkler), uno de los grandes del cómic europeo, matizados por su peculiar sentido del humor.
Una obra maestra de un autor que recibió el Gran premio de Angouleme en 2009 y que se compone de dos partes publicadas con casi diez años de diferencia y que ahora Norma Editorial edita en un solo tomo, lo que permite apreciar la evolución literaria y artística de Blutch.
Son fáciles de diferenciar por el cambio de estilo y porque la primera parte del libro es en blanco y negro, mientras que la segunda incorpora tonos grises y rojizos.
De la infancia a la adolescencia
El pequeño Christian es una de esas obras que esconde los grandes temas tras la más absoluta sencillez, las ensoñaciones de un niño que quiere ser como sus héroes de los cómics y el cine, como Lucky Luke, Mickey Mouse, Tintín, Charlton Heston o John Wayne o Steve McQueen.
Sus anhelos, sus miedos y sus frustraciones y, en definitiva, su deseo de ser mayor cómo esos héroes.
Y cómo, según va creciendo, su atención deriva hacia su primer gran amor, una niña que vive en el otro lado de Francia y que, como casi todos los primeros grandes amores, es más una fantasía que una realidad.
Por cierto que en esa época su ídolo es el Marlon Brando de El último tango en París, del que intenta aprender el secreto para conquistar a las chicas. Uno de los momentos más satíricos del cómic
Un primer amor que se nos antoja para siempre y que, sin embargo, se puede romper con el más mínimo detalle, como que la chica se corte el pelo.
Inspirado por 'El pequeño Nicolás'
El pequeño Christian es un ejercicio de autor inspirado en los libros de El pequeño Nicolás, escritos por el añorado guionista de Asterix y Lucky Luke, René Goscinny, e ilustrados por Sempé, y que también inspiraron Manolito Gafotas de Elvira Lindo.
Blutch declara su admiración por el personaje al que homenajea con su exquisito sentido del humor, que a veces puede ser muy cruel, como los niños.
Porque Blutch no se deja seducir por sus recuerdos de la infancia, idealizándolos, sino que también refleja las inseguridades y la crueldad de los niños que son capaces de lo mejor y lo peor.
Un maestro del dibujo
La publicación de las dos partes en un solo tomo nos permite apreciar el cambio de estilo de Blutch, desde los trazos enérgicos y vigorosos, del primer libro, que llenan las páginas de vida a base de arañazos del pincel... hasta la narración más limpia, más definida y reposada de la segunda parte, sin que por ello pierda ni una pizca de fuerza ni de expresividad.
Si a eso le añadimos su facilidad para los gags, que ya demostró en sus inicios en la revista Fluide Glacial, nos encontramos ante una obra que auna a la perfección la visión nostágica y la satírica de la niñez.
En el pequeño Christian Blutch ofrece lo mejor de si mismo como narrador y como dibujante, y nos hace recordar nuestra propia infancia, que solemos tener idealizada, pero ¿De verdad queréis volver al colegio? Pues eso. Disfrutad de este excelente cómic y a vivir el presente.