Seúl da otra oportunidad a Pyongyang
- Los surcoreanos esperan que sus vecinos vuelvan a las conversaciones
- Pyongyang no se responsabiliza del bombardeo sobre la isla surcoreana
El gobierno surcoreano mantiene abierta la puerta del diálogo con Pyongyang, después de que fracasaran este miércoles las conversaciones militares para rebajar la tensión en la península. Conversaciones que culminaban con la acusación por parte de Corea del Norte de que sus vecinos del Sur estaban favoreciendo el clima de tensión en la zona, según la agencia norcoreana KCNA.
El ministro de Unificación surcoreano, Hyun In-taek, sostiene que seguirá a la espera y vigilando los pasos de Corea del Norte, haciendo alusión a la mejora de las relaciones entre los dos vecinos.
Semana clave para acercar posturas
El martes y el miércoles han sido los dos días de reuniones militares preparatorias fijadas para organizar la agenda de un encuentro militar de mayor rango de cara a acercar posturas tras el bombardeo norcoreano de noviembre sobre la isla surcoreana de Yeonpyeong.
Corea del Sur exigía que, para celebrar esa reunión de alto nivel, el régimen comunista debía responsabilizarse del ataque a Yeonpyeong -en el que murieron 4 surcoreanos- y reconocer su participación en el hundimiento en marzo de uno de sus barcos de guerra, en el que fallecieron 46 tripulantes.
Según el Ministerio de Defensa surcoreano, la delegación norcoreana rechazó esas demandas y dio por rota las negociaciones unilateralmente.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino ha aclarado que apoya la reconciliación de las dos Coreas. "El dialógo entre los dos países es necesario para mantener la paz y la estabilidad en la península", ha dicho este jueves.
Brote de fiebre aftosa en Corea del Norte
Por otro lado, el ministro de Unificación surcoreano consideró verídicas las informaciones que indican que Corea del Norte ha notificado a Naciones Unidas el inicio de un brote de fiebre aftosa en sus fronteras. Hyun In-taek dijo que están intentando evaluar el alcance del posible brote de una enfermedad, que afecta a la ganadería surcoreana desde noviembre, y que, aunque no se contagia a los humanos, ha obligado a sacrificar más de tres millones de animales en el Sur.
En 2007, Corea del Norte sufrió un brote similar y recibió una importante ayuda por parte de Corea del Sur.