Mubarak deja El Cairo mientras una marea humana marcha hacia su palacio presidencial
- Varias fuentes indican que ha dejado El Cairo con destino desconocido
- Los manifestantes recriminan su postura de las fuerzas armadas
- Emotivo rezo del viernes en la plaza Tahrir antes de las manifestaciones
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El presidente egipcio, Hosni Mubarak, ha abandonado El Cairo con toda su familia ante las manifestaciones que han reunido a más de un millón de personas que piden su salida y que llegan a las puertas de su propio palacio presidencial, según han confirmado varias fuentes.
"Mubarak se ha ido con toda su familia", ha desvelado una fuente anónima próxima al Gobierno a la agencia AFP, que no ha querido concretar si se ha marchado del país.
Posteriormente, otra fuente de su partido ha confirmado que se encuentra en su residencia en el balneario de Sharm el Sheij, situado en la península del Sinaí, tal y como había dicho la emisora emiratí Al Arabiya.
Esta emisora ha asegurado que la familia Mubarak se ha marchado en un avión que ha salido de una base militar desde las afueras de la ciudad.
En la misma línea se han pronunciado fuentes occidentales en declaraciones al The New York Times y a la BBC.
Tensión en palacio
Esta noticia se produce coincidiendo con la presencia masiva de los egipcios por primera vez a las puertas del palacio de Ittihadiya, la residencia de Mubarak en el barrio de Heliópolis, a las afueras de El Cairo.
Allí hay un cordón situado a 50 metros del palacio con una fuerte presencia militar y de la Guardia Republicana.
Al menos 3.000 personas se dirigen hacia el edificio del palacio, donde otros cientos han hecho guardia esta noche.
El palacio presidencial se ha convertido en uno de los principales termómetros de las protestas de este viernes después de que los grupos juveniles hayan expresado su intención de "tomar el palacio".
"Tendremos masas de egipcios tras la oración del viernes para tomarlo", ha declarado Ahmed Faruk, portavoz del movimiento 25 de enero.
"El ejército ha sido neutral y no nos ha hecho ningún daño a ninguno de nosotros", ha añadido.
Rechazo de los Hermanos Musulmanes
Por su parte, el guía general de los Hermanos Musulmanes egipcios, Mohamed Badia, ha mostrado el "rechazo total" de este grupo islámico a los discursos pronunciados el pasado jueves por el presidente del país, Hosni Mubarak, y el vicepresidente, Omar Suleimán.
"Los dos comunicados emitidos por Mubarak y su vicepresidente son totalmente rechazados por el pueblo y nosotros somos parte de ese gran pueblo egipcio", ha declarado Badia en la primera declaración oficial del grupo tras las intervenciones de anoche de Mubarak y Suleimán.
En un comunicado difundido en la página web del grupo, el mayor de la oposición egipcia, Badia ha denunciado el "estilo arrogante" del régimen y "su dureza y testarudez", lo que -según él- "aumentará nuestra revolución, que la vemos ampliarse numéricamente y extenderse geográficamente".
Decepción con el ejército
Y es que la ira de los egipcios se ha incrementado aún más tras el comunicado número dos del ejército, en el que los militares se limitan a garantizar que las reformas anunciadas el jueves por la noche por el presidente se llevarán a cabo.
Los anti Mubarak ya habían advertido a los militares tras el mensaje de Mubarak que ahora no les quedaba otra que elegir ponerse de su parte o de la del régimen, por lo que la tibia posición expresada ha aumentado la ira popular.
La situación ha llegado hasta a un punto que uno de los manifestantes ha llegado a la posición de un coronel que ha leido el mensaje en el palacio presidencial, le ha arrebatado el micrófono de las manos y le ha reclamado: "Nos han decepcionado, habíamos puesto todas nuestras esperanzas en ustedes".
"No, no, esto no es un golpe de Estado", ha respondido el militar, que ha puntualizado que el ejército no puede tomar el poder pero se aseguraría de que la voluntad popular se expresase en la agenda de reformas del régimen.
Pero la situación del ejército para este viernes es todo menos cómoda.
"Esto supone un dilema auténtico para el ejército: ¿Van a permitir a los manifestantes escalar sus protestas hasta el punto de que Mubarak se tenga que ir, lo que supone que defintiviamente rompen con él? Los manifestantes están muy decepcionados y habrá violencia", ha diagnosticado Rosemery Hollys, de la Universidad de Londres, en la agencia Reuters.
Rezos en Tahrir
Los manifestantes se han despertado de las decenas de tiendas de campaña donde han acampado tras una noche de resignación y decepción por las palabras de Mubarak, en las que solo se compromete a ceder algunos de sus poderes a su vicepresidente.
Decenas de miles de personas se han congregado en la cairota plaza Tahrir en un rezo multitudinario en un ambiente tranquilo y emotivo, en medio de llamamientos a manifestarse contra el régimen egipcio una vez que concluya la oración.
Los manifestantes, que iniciaron con emoción la oración del mediodía, se mantenían silenciosos en los momentos previos al rezo, sin corear lemas contra Mubarak y sin entonar ningún himno.
El imán ha asegurado que "los manifestantes han conseguido logros inesperados" y les ha pedido"resistencia y que se aferren a sus demandas".
La plaza Tahrir, símbolo de las protestas que comenzaron el pasado 25 de enero, está vigilada por las Fuerzas Armadas pero son los civiles los que controlan los accesos a la plaza y solicitan a las miles de personas que continúan acercándose a este lugar el documento de identidad.
Como ya ocurrió en la anterior convocatoria masiva, sólo hay instalado un puesto de control en la entrada a la plaza por el puente de Qasr el Nil, que comunica el centro de El Cairo con los barrios situados en la orilla contraria del Nilo.
Además, centenares de manifestantes de la oposición egipcia se han concentrado frente al edificio de la radiotelevisión pública, fuertemente custodiado por carros de combate del Ejército, según informan las cadenas árabes de televisión.
Según la cadena emiratí Al Arabiya, los manifestantes están impidiendo la entrada de los empleados al edificio, aunque la televisión estatal está transmitiendo sin contratiempos su programación y no se advierte que la manifestación, por el momento, perturbe sus emisiones.