La caída de Mubarak desata una nueva ola de protestas en Oriente Próximo
- Manifestaciones anti-gubernamentales en Irán, Yemen, Irak y Bahréin
- Los regímenes autoritarios tratan de reprimir las revueltas populares
Ver también: Especial Revueltas en Egipto
Mohamed Bouazizi, el joven que se quemó a lo bonzo en una tranquila ciudad tunecina para defender su puesto de verduras -o acaso su dignidad- confiscado por la Policía, prendió la mecha el pasado 14 de enero y el fuego, lejos de extinguirse, se aviva cada día y cada vez en más países no sólo del Magreb, sino también de Oriente Próximo.
Tras la caída del régimen del tunecino Ben Alí y la recién salida de Hosni Mubarak de Egipto, los países vecinos miran con recelo el descontento de sus ciudadanos ante el temor de protestas populares que les deparen el mismo futuro que sus homólogos derrocados. ¿Hasta dónde van a llegar las brasas que prendió Bouazizi?
El doble juego del Irán más represor
Grupos de manifestantes y efectivos de las fuerzas de seguridad iraníes se han enfrentado este lunes en diversos puntos de Teherán donde la oposición había convocado una manifestación en solidaridad con los levantamientos populares en Egipto y Túnez.
La manifestación, prohibida por el régimen, ha sido dispersada por la policía, que no ha dudado en usar gases lacrimógenos y balas de fogueo contra la muchedumbre que de forma silenciosa había ocupado la plaza Azadí, en el suroeste de la ciudad.
El Gobierno iraní ha apoyado la revuelta de Egipto de forma explícita y ha abogado por el establecimiento de un régimen islámico, similar al que gobierno la república persa. Entonces, ¿por qué no deja que su pueblo apoye también a los egipcios?
Para el Ejecutivo es sólo una estrategema para manifestarse contra el Gobierno y, de hecho, los testigos afirman haber escuchado consignas como "Muerte al dictador". Por ello, ha cercado a los opositores Mir Hussein Musaví y Mehdi Karrubí para que no pudieran salir a la calle.
Sin embargo, las redes sociales vuelven a desafiar a los régimen autoritarios y, como ya ocurrió en 2009 cuando la reelección de Mahmud Ahmadineyad, las imágenes de las protestas, captadas con teléfonos móviles, ya están colgadas en Internet. Los ciberciudanos ganan la batalla a la censura del sistema.
Yemen, los pobres de entre los pobres
Por tercer día consecutivo, los yemeníes salen a la calle a protestar contra el régimen de Ali Abdulá Saleh, el presidente que lleva 30 años en el poder y que es un firme aliado de Estados Unidos en la lucha contra la rama de Al Qaeda que tiene su base en el país. Y de nuevo, se encuentran con partidarios del Gobierno yemení y se desata la batalla campal.
Armados con botellas rotas, piedras y cuchillos los pro-gubernamentales han perseguido por las calles a miles de manifestantes que pedían reformas democráticas en la capital del país.
La Policía ha tratado de separar a ambos bandos bloqueando a varios miles de manifestantes dentro de la Universidad de Saná donde estaban protestando para evitar un baño de sangre. Al menos nueve personas han resultado heridas en la aglomeración, según una fuente de la oposición, mientras
"'Ali, vete, vete!", han gritado los manifestantes. "No hay otra solución que su marcha", han coreado. Unas consignas que recuerdan a la férrea oposición de la plaza Tahrir de El Cairo: "Mubarak vete, o no nos moveremos".
La presión de los grupos de la oposición forzó el pasado 2 de febrero a Saleh a anular las reformas constitucionales que iban a perpetuarle en el poder y a abrir un futuro también en el Gobierno a a su hijo.
Los analistas consideran que Yemen, el país más pobre del mundo árabe, aún no está en el punto de una revuelta al estilo egipcio y consideran que una protesta llegará más lentamente y quizá con más virulencia al tratarse de un estado donde las disputas tribales juegan un papel importante.
El Bahréin chiíta contra el sunita
"Lo que ha ocurrido en Egipto y en Túnez nos inspiró", dice Maryam al Khawaja, del Centro de Derechos Humanos de Bahréin. Grupos de jóvenes y agentes de policía se enfrentan en un país de mayoría chií, aunque dominado por una élite suní y de una gran importancia estratégica en el golfo Pérsico, según informa The New York Times.
Como en Irán, la Policía ha utilizado gases lacrimógenos y balas de goma para disolver las protestas de las aldeas chiítas que rodean la capital, Manama, para tratar de amortiguar el "Día de la Ira" en Bahréin. Una persona ha muerto y más de 20 han resultado heridas en los enfrentamientos.
Los diplomáticos estiman que las manifestaciones en Bahréin, organizadas vía Facebook y Twitter, permitirán calcular el nivel de movilización de los chiíes en las calles, especialmente en Manama, donde todavía no se habían registrado enfrentamientos. Los organizadores de las manifestaciones han solicitado a todos los bahreiníes que se sumen a las protestas contra el Gobierno.
"Pedimos a todos los bahreiníes, hombres, mujeres, chicos y chicas, que se sumen a nuestras concentraciones de forma pacífica y civilizada para garantizar estabilidad y un futuro prometedor para nosotros mismos y nuestros hijos", han indicado vía Twitter.
Los promotores de las movilizaciones han advertido de que las manifestaciones de este lunes son "solo el inicio".
Protestas pacíficas en Irak
Cientos de iraquíes se han manifestado este lunes en la plaza Tahrir, en el centro de Bagdad, para protestar contra la corrupción de las autoridades y el deterioro de sus condiciones de vida y de los servicios básicos, según informa la agencia Efe.
Los manifestantes han coreado lemas como "cambio, reformas y no aplazamientos", "no, no a la corrupción", "el pueblo iraquí no va a ser paciente para siempre" y "que se juzgue a los corruptos".
Por su parte, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, ha defendido que "las manifestaciones son un derecho protegido y garantizado por la Constitución".
Además, ha señalado que las fuerzas de seguridad protegerán las protestas, ya que "todavía hay miembros terroristas en el país, por lo que quienes participen en las manifestaciones tienen que informar a los aparatos de seguridad para que tomen las medidas necesarias".
Dimisión en pleno del Gobierno palestino
El presidente palestino, Mahmud Abás, ha aceptado este lunes la dimisión del Gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) encabezado por Salam Fayad, según ha informado la Oficina del Primer Ministro.
En una reunión extraordinaria celebrada por la mañana en la ciudad cisjordana de Ramala, el Ejecutivo ha presentado su dimisión para dar paso a la formación de un nuevo Gobierno.
Tal y como estaba previsto, Abás ha aceptado la dimisión en bloque y ha encargado a Fayad que forme un nuevo Ejecutivo que incluya representantes de las diversas facciones políticas palestinas.
El cambio del gabinete palestino y la futura convocatoria de elecciones tratan de paliar el descontento popular y evitar las revueltas populares que han derrocado ya dos regímenes en el Magreb.
El Magreb, en plena ebullición
Tras la caída de los presidentes de Túnez y Egipto, el norte de África mira ahora a Argelia, donde en los últimos días se han registrado violentos enfrentamientos, a pesar de los intentos del Gobierno de mitigar las revueltas.
Los choques entre fuerzas policiales argelinas y miles de jóvenes desempleados que reclamaban trabajo ante la sede del Gobierno provincial de la ciudad de Anaba dejaron este domingo varios heridos.
Cerca de 7.000 jóvenes sin trabajo se manifestaron por las calles de esa ciudad en demanda de un empleo y se dirigieron posteriormente a la sede gubernativa gritando consignas contra el primer ministro argelino, Ahmed Uyahia, según la edición digital del diario en árabe El Jabar.
Además, el ministro de Asuntos Exteriores de Argelia, Murad Medelci, ha anunciado que el estado de emergencia, en vigor en el país desde hace 19 años, finalizará en los próximos días.
El estado de emergencia fue impuesto por la fuerza en Argelia en 1992 y la oposición, inspirada por las revueltas de Egipto y Túnez, ha presionado al Gobierno para que acabe con las leyes de emergencia. Ya hace unos días anunció que se suprimiría.