Japón paraliza la caza de ballenas ante la presión de los ecologistas
- Un grupo de actvistas han perseguido y logardo paralizar un ballenero
- El país nipón no ha querido especificar si la medida es temporal o permanente
- La temporada de caza suele terminar a mediados del mes de marzo
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Japón ha paralizado la temporada anual de caza de ballenas ante el Antártico después de que un grupo de activistas de la Sea Sheperd Conservation Society persiguiera la embarcación nodriza de la flota durante la semana pasada.
"Hemos detenido la caza de ballenas por ahora, por razones de seguridad. Pero en estos momentos estamos considerando qué haremos en adelante", ha reconocido Tatsuya Nakaoku, un funcionario de la Agencia de Pesca del país nipón, según recoge la agencia Reuters.
La medida -según el órgano estatal- se tomó el pasado 10 de febrero, y desde entonces todas las operaciones balleneras han sido paralizadas al 100%, como han ratificado los activistas en su página de Facebook.
Los barcos siguen navegando en el Antártico, y aunque las autoridades no descartan ordenar que la flota vuelva a puerto, han asegurado que "Tokio no va a renunciar fácilmente a la caza de ballenas".
Hemos detenido la caza de ballenas por ahora, pero no vamos a renunciar tan fácilmente
La flota, compuesta por 180 empleados repartidos en cuatro embarcaciones, quería conseguir 850 rorcuales aliblancos hasta mediados de marzo, cuando suele terminar la temporada de caza, como publica la BBC.
Caza con fines científicos
La caza comercial de ballenas está prohibida internacionalmente desde hace 25 años, en 1986. Pero Japón, entre otros, utiliza un reglamento que le permite la caza de cetáceos con fines científicos.
El argumento del país nipón es que tienen derecho a estudiar el impacto de las ballenas en su industria pesquera, y son uno de los tres países en el mundo que mantienen esta actividad, de gran valor en su cultura.
Hace unos meses Australia denunció a Japón ante la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, para detener sus actividades en el océano Antártico, pero no se espera que el organismo internacional tome una decisión antes de 2013.
Otros países, también con tradición ballenera como Islandia y Noruega, han presentado quejas oficiales a la prohibición para poder continuar por la caza comercial.