Santiago del Valle, un pederasta con numerosos antecedentes
Tras la detención y encarcelamiento de Santiago del Valle García por el presunto asesinato de la niña onubense de cinco años Mari Luz Cortés y por un delito contra la libertad sexual, se ha conocido su amplio historial delictivo, pese al cual estaba en la calle por un error judicial. Condenas por pederastia, incluidos abusos a su propia hija, sin ejecutar y otro juicio pendiente por acoso sexual contra otra menor son algunos de sus antecedentes. Ante ello es inevitable pensar que la muerte de Mari Luz se podía haber evitado.
Santiago del Valle, onubense nacido en 1965, había sido condenado en Sevilla por abusar sexualmente de su hija y tenía otra condena por abusar de una niña de nueve años, en total penas que sumaban cuatro años y nueve meses de prisión y que no se habían ejecutado porque estaba fugado de la justicia.
Abusos a su hija
El Juzgado de lo Penal número 1 de Sevilla le impuso en noviembre de 2002 una pena de dos años y nueve meses de cárcel por abusos sexuales continuados durante casi un año contra su propia hija, entonces de cinco años.
Ese fallo judicial relataba que los abusos comenzaron en la primavera de 1998, cuando Santiago del Valle hacía tocamientos en los genitales de su hija y la obligaba a masturbarle. Además, el condenado perpetraba los actos preferentemente por la noche y en el dormitorio conyugal.
De estos hechos tenía "pleno conocimiento" la mujer del acusado y madre de la menor, I.G.R., por lo que también fue condenada a la misma pena.
Además, Santiago del Valle también fue condenado en este caso por falsedad en documento oficial, ya que falsificó un parte médico en el que se acusaba de los abusos al profesor de gimnasia de la niña en un colegio público de Sevilla. Del Valle llegó al extremo incluso de acudir a Canal Sur TV, que emitió una entrevista con él en la que pedía para su hija una indemnización de diez millones de pesetas (60.100 euros) a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía.
A una niña de nueve años en una escalera
En diciembre de 2004, Santiago del Valle fue condenado por el Juzgado de lo Penal 4 de Sevilla a dos años de cárcel por abusar sexualmente de una niña de nueve años a la que abordó en la escalera de su vivienda. El acusado reconoció los hechos y aceptó esa pena.
Según la sentencia, el acusado siguió a la niña cuando entró en el portal de su casa y la arrinconó, y allí le hizo tocamientos libidinosos en el trasero y le besó en las mejillas. El acusado acabó desistiendo de su actitud cuando otra vecina entró en el portal; la niña se quedó llorando y Del Valle se "dio a la fuga tranquilamente" y además se llevó las bolsas de la compra de menor.
La ejecución de esta sentencia fue suspendida con la condición de que el acusado no cometiera delito alguno en tres años.
Posteriormente, en diciembre de 2005, la Audiencia Provincial de Sevilla ratificó la sentencia del Juzgado de lo Penal 1 por los abusos sexuales de Santiago del Valle a su hija, que fue recurrida por el acusado. En marzo de 2006, el juez de lo Penal 1 rechazó la suspensión de la ejecución de la condena y ordenó la "averiguación de su paradero", pero esta medida es distinta a la de dictar una orden de busca y captura.
Condenado en Gijón
Santiago del Valle también fue condenado en Gijón a dos años y seis meses de prisión por sendos delitos de abuso sexual con reincidencia y coacciones a una menor de 13 años a finales de 2006.
Del Valle, que contactó con la joven a través de una revista, se hizo pasar por otra niña de 13 años y se trasladó a vivir a Gijón. El acusado llegó a acudir al domicilio de la joven para entrevistarse con ella sin que se lo permitiera la madre de la menor, que cursaba sus estudios en el Instituto Mata Jove, en el que el acusado se matriculó en un curso de educación para adultos.
A partir de septiembre de 2006, según el ministerio público, el imputado realizó un seguimiento continuo de la joven a la que realizó veladas proposiciones sexuales y la invitó a acudir a un hotel antes de insultarla ante la negativa de la menor.
En una ocasión, el acusado llegó a pegar en la puerta de entrada al centro educativo una nota con insultos contra la joven como "puta, guarra y zorra" que fue leída por los compañeros del instituto, lo que obligó a que la menor tuviera que ir acompañado a clase desde ese día por otra persona.
Posteriormente, se dictó una orden de alejamiento contra él y Del Valle se marchó de Asturias. El caso, paralizado desde noviembre de 2006, se reanudó cuando Santiago Del Valle saltó a la prensa nacional a raiz del caso de la niña Mari Luz Cortés.