Irán libera a cambio de una multa a dos periodistas alemanes detenidos desde octubre
- La pena de 20 meses de prisión se ha conmutado por una multa
- Trataban de entrevistar al hijo de Shakiné Ashtianí, condenada a la lapidación
Los dos periodistas alemanes que fueron detenidos en Irán el pasado octubre cuando intentaban entrevistar al hijo de una mujer acusada de adulterio han sido liberados tras cinco meses en prisión, anunció hoy la agencia oficial de noticias local Irna.
Según la fuente, los dos reporteros podrán salir en las próximas horas del país, extremo que ya ha sido comunicado al ministro germano de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle quien llega esta noche a la capital iraní para cerrar el asunto y analizar con las autoridades las relaciones bilaterales y la situación regional.
Horas antes, la agencia de noticias estudiantil Isna había revelado que ambos habían sido condenados a 20 meses de prisión, pena que fue conmutada por una multa de 36.000 euros.
"Una vez reunido el tribunal, los dos acusados han sido condenados a 20 meses de prisión por un delito contra la seguridad del estado. Sin embargo, esta pena se ha conmutado para los dos acusados en una multa de 500 millones de riales (equivalentes a 36.000 euros)", explicó.
Los reporteros, identificados como Marcus Hellwig y Jens Koch, ambos del dominical alemán Bild am Sonntag, se encuentran en Tabriz en compañía de un funcionario consular alemán. "Esperamos que hoy mismo lleguen a la embajada alemana en Teherán", precisó un portavoz ministerial en Berlín.
Ambos fueron arrestados el pasado 10 de octubre cuando trataban de entrevistar al hijo de Shakiné Mohammadi Ashtianí, la mujer acusada de adulterio que corre el peligro de ser lapidada, y fueron acusados en principio de espionaje .
Sin embargo, meses después y tras presiones de Alemania se les consideró culpables de trasgredir las leyes de ingreso en el país, al que entraron con visado de turista y sin acreditarse como periodistas.
El Ministerio de Exteriores alemán tuvo que ejercer, además, presiones para que Teherán permitiera que dos familiares, la madre del fotógrafo y la hermana del reportero, pudieran visitarlos las pasadas Navidades.
La visita se produjo después de que el régimen iraní hubiera dado esperanzas de una pronta liberación de los dos periodistas, que trabajan para el dominical "Bild am Sonntag".
Ambos aparecieron en noviembre en la televisión estatal iraní en una suerte de confesión en la que una voz en farsi traducía sus palabras y aseguraba que habían sido engañados por la opositora iraní Mina Ahadi, fundadora y directora del Comité Internacional en contra de la Lapidación.
A principios de 2011, la propia Ashtianí anunció ante medios iraníes que planea emprender acciones contra los dos periodistas alemanes por haber tratado de entrevistar a su hijo y reclamó a los medios extranjeros que olvidaran su proceso.
El caso de Ashtianí, de 43 años, salió a la luz pública en verano de 2010, después de que su primer abogado denunciara que había sido acusada de adulterio e iba a ser condenada a morir lapidada.
La noticia desató una oleada de solidaridad internacional, que ha obligado al régimen iraní a mantener en suspenso la condena y ha destapado las discrepancias en el seno de la cúpula nacional.