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La batalla desigual de Javier Bardem contra la monarquía en los Oscar

  • Las opciones del español son casi nulas frente a Colin Firth (El discurso del rey)
  • Sólo tres actores han ganado el Oscar por un papel no en inglés

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Javier Bardem habla de los Oscar

Si en los pasados premios Goya estaba más que cantado que Javier Bardem se iba a hacer con el Goya a mejor actor (el quinto de su carrera como intérprete), en la madrugada del domingo al lunes parece estar muy claro que se irá de vacío y que no podrá hacerse con su segundo premio Oscar en la tercera nominación de su carrera por Biutiful, también nominada a mejor película de habla no inglesa.

La batalla del republicano Bardem está perdida contra la monarquía: todas las apuestas dan como ganador a Colin Firth por su interpretación del tartamudo Jorge VI en El discurso del rey.

La baza prácticamente definitiva para que el actor británico se lleve este año sí su primer Oscar, además de que su filme es el claro favorito para arrasar en la gala, es que ya se ha llevado el Globo de Oro y el BAFTA a mejor actor, los premios que son el termómetro cuasi infalible de lo que ocurrirá en los premios de Hollywood -ya le ocurrió a Bardem cuando ganó su Oscar en 2008 interpretando al psicópata Anton Chigurh de No es país para viejos-.

Cualquier otro resultado que no sea este sí que sería una gran sorpresa. Jeff Bridges (Valor de ley), Jesse Eisenberg (La red social) y James Franco (127 horas) no cuentan para casi nadie.

El handicap del español

Pese a todo, no hay duda de que Bardem sigue haciendo historia. Además de ser el primer español que estuvo nominado a mejor actor en los Oscar -en la 73 edición de los premios por Antes que anochezca- y el primero en ganarlo ocho años después como mejor secundario en el psico-thriller de los Coen, se ha convertido en el primer actor que logra una candidatura por un papel íntegramente en español.

Pero esto, que es sin duda un punto a favor de nuestro actor más reconocido internacionalmente, es un claro handicap de cara a lograr la estatuilla porque los académicos de Hollywood no son muy dados a reconocer a papeles que no sean en inglés, además de una película extranjera.

De hecho, en los 83 años que llevan entregándose los Oscar, sólo tres personas se han hecho con la estatuilla a mejor actor principal por un papel exclusivamente en lengua no inglesa, dos italianos y una francesa.

Los tres extranjeros ganadores

La que abrió la veda fue Sofía Loren, que logró el Oscar en 1962 por su papel en Dos mujeres, de Vittorio de Sica. El icono del cine italiano, que ganaría un segundo Oscar honorífico en 1991, ya era para entonces muy popular en Hollywood, donde había participado en numerosos filmes, y su papel en Dos mujeres le había valido antes el BAFTA.

Su compatriota Roberto Benigni volvería a poner acento italiano a una ceremonia de los Oscar, con su premio a mejor actor en 1998 por la entrañable La vida es bella, convirtiéndose además en el primer actor en lograr el galardón con una película extranjera. Ese año Benigni era el claro favorito para lograr el Oscar -ya tenía el BAFTA y el premio del Sindicato de Actores de América- y su película tenía otras seis candidaturas, de las que se llevó otros dos premios, el de mejor película de habla no inglesa -también estaba nominada a mejor película- y mejor banda sonora.

La tercera en lograr la hazaña fue la francesa Marion Cotillard, que logró el Oscar en 2007 metiéndose en la piel de Edith Piaf en La vida en rosa. La actriz parisina también había llegado a la ceremonia de Los Ángeles con el Globo de Oro y el BAFTA en su haber y la película, que tenía otras dos nominaciones por vestuario y maquillaje, se llevó este último.

En todos estos casos, las películas habían recibido una mayor aclamación de la crítica y una mayor atención que la que se ha prestado a Biutiful en su carrera en los Oscar.

En la categoría de mejor actor secundario también han recibido el Oscar actores que interpretaban la mayor parte de su papel en un idioma distinto al inglés o en una película que no era exclusivamente en la lengua de Shakespeare. Es el caso del puertorriqueño Benicio del Toro en el año 2001 con Traffic -rodada en español e inglés-, de la esposa de Bardem, Penélope Cruz, que lo recogió en 2009 por Vicky Cristina Barcelona, en una cinta que también combinaba inglés y castellano; y del austriaco Christoph Waltz, que ganó el Oscar en 2010 por Malditos bastardos, donde interpretraba a un oficial alemán nazi. También Robert de Niro logró el Oscar a mejor secundario en 1974 por su papel del siciliano Vito Corleone en El Padrino II.

No habría que olvidar aquí otro dato, que el primer Oscar a mejor actor se lo llevó un suizo nacionalizado alemán, Emil Jannings por dos películas La última orden y La batalla de la carne. Eso sí, en sus actuaciones no decía ni una palabra en alemán, ni tampoco en inglés, porque eran películas mudas.

Los apoyos a Bardem

Aunque las opciones de Bardem de hacerse con el Oscar son prácticamente nulas, apoyos no le han faltado entre sus amigos de Hollywood, que han hecho una buena campaña en favor de Biutiful.

Otro monstruo de la actuación como Sean Penn, dos veces ganador del Oscar, ha comparado el trabajo de Bardem en la película de González Iñárritu con la "conmovedora gravedad" de Marlon Brando en El último Tango en París (1972); Julia Roberts, con la que compartió cartel en Come, reza, ama, define la película como "una joya oculta" y la actriz Miranda Richardson también ha aireado su pasión por el trabajo del actor español.

Otro español internacionalmente reconocido y con mucho peso en Estados Unidos, donde dirige las óperas de Washington y Los Angeles, el tenor Plácido Domingo, también le ha lanzado un capote y ha dicho que Bardem "merece de verdad" el Oscar por la "intensidad y fuerza increíbles" de su papel.

Aunque sin mucho ruido, algunos sectores de la crítica estadounidense han alabado el trabajo del actor español y abogado por que logre el Oscar. Como Los Angeles Times, que dedicaba a principios de febrero un artículo al actor español ensalzando su método de actuación y apuntaba que Colin Firth se llevaría el Oscar, "pero cuando se trata de generar la alabanza y la pasión en la carrera al Oscar, es difícil vencer a Javier Bardem".

Articulistas de Variety, del Boston Herald y Associated Contentcritican que la política de la Academia dificulta reconocer un trabajo en lengua no inglesa, pese a que se trate de un grandísimo trabajo.

Y algunas webs inglesas, como la universitaria Nouse, sacan a la palestra las opiniones de profesores de actuación como Brian Timoney que creen que Colin Firth "no se merece" el Oscar y que Bardem en Biutiful hace "una actuación muy superior desde el punto de vista de la profundidad emocional y la amplitud que el personaje realmente experimenta", por lo que sentencia que "es hora de que los Oscar dejen de ser tan políticos y tengan más en cuenta la calidad de la actuación".

Una carrera imparable

Pese a todo, las posibilidades de Bardem siguen siendo mínimas para llevarse el Oscar en la madrugada del domingo al lunes y probablemente sólo le veremos subir al escenario del Teatro Kodak de Los Angeles para presentar y entregar uno de los premios. De hecho, para él lo que le hace "especialmente ilusión" es el hecho de que una interpretación en español esté nominada porque "significa mucho" para los actores de habla hispana.

No obstante, esto no debe preocuparnos demasiado si tenemos en cuenta que Javier Bardem se ha convertido en uno de los grandes y más versátiles actores del mundo, con el que los mejores directores quieren trabajar por primera vez o repetir.

Los hermanos Coen, tras el poco favorecedor corte de pelo que le dieron en No es país para viejos, quieren a Bardem en un próximo proyecto en el que quieren que cante y que baile; le han ofrecido ser el próximo villano de la última de James Bond, que dirigirá Sam Mendes; lo quieren para protagonizar la trilogía La torre oscura basada en la obra de Stephen King y que dirigirá Ron Howard; está en la última película aún sin estrenar de Terrence Malik; ha salido en un episodio de los Simpson como el psicópata Anton Chigurh...

Es sin duda uno de los grandes. Y prueba de ello son su Oscar, su Globo de Oro, su premio BAFTA, su premio del Sindicato de Actores, sus dos copas Volpi de Venecia, su Palma de Plata de Cannes (por Biutiful), sus cinco premios Goya...

...sus tres nominaciones y su, hasta ahora, único premio Oscar. Si no es este año, sin duda habrá otras oportunidades en los que Bardem gane su segundo Oscar.