Sarkozy aprovecha la dimisión de Alliot-Marie para remodelar tres ministerios
- Una vez comenzadas las revueltas, pasó unas vacaciones en Túnez
- Ha defendido hasta el fin que no ha hecho nada ilegal
La ministra francesa de Asuntos Exteriores, Michèle Alliot-Marie, ha presentado su dimisión tras la polémica originada por su actuación ante la revuelta tunecina y unas controvertidas vacaciones pasadas en ese país cuando ya habían comenzado las protestas.
"Pese a tener la sensación de no haber cometido ninguna falta, he decidido renunciar a mis funciones", indica en la misiva difundida por el ministerio.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha anunciado que el actual ministro de Defensa, Alain Juppé, es nombrado nuevo titular de Exteriores, en sustitución de Alliot-Marie
La renuncia de la hasta ahora jefa de la diplomacia se ha aprovechado para llevar a cabo una pequeña remodelación ministerial, en la que se queda al frente de Defensa Gérard Longuet, líder de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), partido de Sarkozy, en el Senado.
Por su parte, el Ministerio del Interior, ocupado hasta ahora por Brice Hortefeux, quedará en manos del secretario general de la Presidencia, Claude Guéant.
En una carta entregada al presidente, Nicolas Sarkozy, Alliot-Marie se declara víctima de una campaña política y mediática contra su figura y apunta que tiene "una idea demasiado elevada de la política al servicio de Francia" como para aceptar ser utilizada como pretexto para que se debilite la política internacional del país.
Sus lazos con Túnez están en el origen de la dimisión
Las primeras críticas sobre Túnez le llegaron tras ofrecer ayuda técnica de las fuerzas del orden galas a las tunecinas para gestionar las manifestaciones, unas declaraciones que ella considera malinterpretadas, porque su intención -aseguró- no fue apoyar al régimen de Zine el Abidin Ben Alí, sino tratar de evitar víctimas.
El vapuleo de la oposición contra la jefa de la diplomacia se intensificó a principios de febrero, después de que se revelara que en ese viaje de fin de año fue invitada a utilizar el avión de un empresario vinculado con el expresidente Zine el Abidine ben Alí, con el que sus padres cerraron además un negocio.
Su credibilidad se ha visto cuestionada desde hace semanas y su salida del Gobierno se daba por hecha después de que este viernes dos "pesos pesados" del Ejecutivo revelaran al diario Le Monde bajo condición de anonimato que el presidente había decidido "separarse de ella", por lo que la dimisión es vista como una marcha forzada.
En plena presidencia francesa de turno del G20 y del G8, y a 14 meses de las próximas elecciones presidenciales, este cambio se entiende como un intento del jefe de Estado por acallar las críticas.
Recién llegada de conmemorar en Kuwait el 50 aniversario de independencia de ese país, Alliot-Marie, de 64 años, deja el cargo pese a haber defendido hasta el último momento que no ha cometido "ninguna acción ilegal ni ninguna falta".
Alliot-Marie es una veterana en los Gobiernos franceses
Alliot-Marie, de 64 años, inició su carrera política en la década de 1980 y ha estado al frente de otros tres ministerios: el de Defensa de 2002 a 2007, el del Interior de ese año a 2009, y el de Justicia durante los 17 meses siguientes, hasta que el pasado 14 de noviembre se le adjudicó la cartera de Exteriores.
Al aceptar su marcha, Sarkozy ha actuado esta vez antes que con el ministro de Empleo Eric Woerth, cesado en la remodelación de noviembre y durante cinco meses en el punto de mira por su relación con el entorno de la multimillonaria Lilliane Bettencourt, cuando arreciaba el escándalo por presunto trato de favor fiscal a la heredera de la firma L'Oréal.
Desde la oposición se dice ahora que algunas derivas recientes de la política exterior gala, como en la gestión de las revueltas en el mundo árabe, no es culpa de Alliot-Marie, sino del propio Sarkozy.