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Las ONG piden ayuda para frenar la crisis humanitaria en Libia

  • Cada día 10.000 personan cruzan la frontera con Túnez
  • Los voluntarios alertan de una posible escasez de comida y medicamentos

Ver también: Especial  Revueltas en el mundo árabe

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Miles de personas intentan salir de Libia como sea

El paso de Ras Jadir entre Libia y Túnez está colapsado porque el éxodo de los que huyen ha desbordado las expectativas.  Hay centenares de personas hacinadas a ambos lados de una frontera que cruzan cada día 10.000 personas.

Egipto y Túnez se han convertido en el refugio improvisado de decenas de miles de egipcios, tunecinos, argelinos, libios y marroquíes que huyen de la violencia y de la revolución libia. Las ONG no dan abasto para repartir ayuda entre los exiliados y califican la situación de "crisis humanitaria". La media luna roja ha pedido más colaboración del exterior porque está completamente desbordada. 

Al principio, los que cruzaban la frontera eran trabajadores, la mayoría hombres, que decidían abandonar su lugar de trabajo y residencia para regresar a su país de origen por miedo a la revuelta popular. Sin embargo, ahora son familias enteras, con bebés y niños, las que llegan a Túnez para recibir ayuda humanitaria.

En el paso fronterizo de Ras Jadir, la llegada masiva de egipcios y tunecinos que huyen de Libia ha desbordado las previsiones de las ONG. Miles de personas duermen al raso y las organizaciones reclaman el establecimiento de campamentos de tránsito para albergarles. Por otro lado, ha llegado el primer barco militar de Egipto para repatriar a los egipcios que llegan hasta ese punto.

Muchos tienes que dormir al raso y solo unos pocos han pasado la noche en centros sociales. El Ejército tunecino ha habilitado un campamento donde han dormido unas 300 personas, la mayoría ancianos. Cada vez se hace más necesaria la creación de un campamento de tránsito para dar acogida a estas miles de personas. 

La ONU calcula que al menos 100.000 personas han abandonado ya el país, fundamentalmente a través de Egipto y Túnez que, inmersos en su propia transición democrática, tienen que gestionar una auténtica avalancha de exiliados.

Escasez de comida y medicamentos

Dentro de Libia, la situación más complicada, según un voluntario sanitario, se vive en el este del país donde calcula que la población comenzará a sufrir la escasez de médicos y alimentos en tres semanas.

El este del país, la conocida como región Cirenaica, ha caído en manos de los manifestantes que luchan contra el régimen de Muamar el Gadafi, enrocado en el poder.

Las revueltas han interrumpido las exportaciones, la oferta local de alimentos frescos y ha paralizado fábricas y tienda, que permanecen cerradas desde que los rebeldes se hiceron con el control de la región la semana pasada.

"Vamos a tener una grave escasez de alimentos, bebidas, medicamentos y equipo médico en dos semanas, tres semanas como máximo. Necesitamos ayuda del exterior", ha afirmado El-Khalifa Faituri, un voluntario con conocimientos sanitarios y farmacológicos, que lleva cinco días realizando un estudio con médicos, enfermeras y otros profesionales sobre la posible falta de provisiones.

Subida de precios

No está claro qué puntos de las rutas de suministros han sido bloqueados. El puerto de Bengasi, la segunda ciudad del país y la más importante de la región oriental, y la frontera de Libia con Egipto han sido reabiertas.

Estoy luchando por encontrar lo básico para mi familia

Uno de los motivos que podría explicar la escasez de alimentos es la huida de miles de trabajadores de las cadenas de suministro de alimentos procedentes de Egipto, Nepal, Bangladesh y otros países.

"Estoy luchando por encontrar lo básico para mi familia como pan y verduras.  Los precios han subido un 75%", ha asegurado Ayman Ahmed, un camarero de 50 años residente en Bengasi.