ACNUR pide una política de fronteras abiertas para 'descongestionar' la crisis humanitaria libia
- La portavoz de ACNUR en España ha estado en La Tarde
- Túnez y Egipto están "desbordados" y necesitan ayuda internacional
La situación en Libia es crítica y también lo es la salida de sus miles de ciudadanos que tratan de escapar buscando un futuro. De hecho, en la frontera entre Libia y Túnez, el problema que se ha generado ha llegado este martes al nivel de crisis humanitaria según ha comunicado ACNUR. Desde el inicio de la represión violenta por parte del régimen de Gadafi el pasado 20 de febrero, entre 100.000 y 140.000 personas han salido del país por esta frontera. Solo este martes se espera que lo hagan entre 10.000 y 15.000 personas más.
Por ello, tal y como ha asegurado en La Tarde María Jesús Vega, portavoz en España de ACNUR, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, la solución pasa por pedir a la comunidad internacional "una política de fronteras abiertas para "descongestionar" Egipto y Túnez, que están, en estos momentos, desbordados".
La ayuda no es suficiente
"La crisis humanitaria está a ambos lados de la frontera: dentro de Libia, a donde no tenemos acceso, y fuera, donde los refugiados han llegado a ser tantos que se nos ha hecho imposible satisfacer todas sus necesidades. La medicación, instalaciones y alimentos de los que disponemos no son suficientes, no hay forma de ayudarles. Son civiles libios pero también extranjeros; chinos, vietnamitas, tunecinos, que trabajaban en Libia y a los que les han quitado todo", asegura María Jesús Vega.
“La situación en Túnez es ya dramática. Necesitan más ayuda“
De hecho, en Túnez, la situación parece que ya es dramática. "Es uno de los países que más se ha volcado con los perjudicados por la crisis libia. En las poblaciones cercanas a la frontera los niños no van a la escuela porque los colegios y otros edificios públicos se usan como centros de acogida. Pero ya no pueden más, necesitan ayuda internacional".
Pero los que peor lo están pasando son los que están atrapados en el lado libio de la frontera, los que aún no han podido salir porque no tienen dinero ni pasaporte. Allí, además, no reciben ningún tipo de ayuda humanitaria, ni agua ni alimentos.
Los mercenarios de Gadafi
A todo esto hay que sumarle otra problemática dramática: la de los refugiados que vivían en Libia procedentes de Chad, Sudán, Irak y Palestina. Por su raza, por su color de piel, son confundidos con los mercenarios contratados por Gadafi para luchar contra los que se oponen a su régimen.
"Nos llegan llamadas de personas que, por el miedo y la desesperación, no salen de sus casas. Son personas muy conscientes del riesgo que corren, saben que pueden matarles como han hecho con amigos y familiares. Por eso sabemos que hay niños y familias enteras que se están muriendo de hambre", asegura la portavoz en España de ACNUR, quien también asegura que ha esto hay que sumarle que en Libia "siempre ha existido un sentimiento xenófobo hacia la población negra".
Por todo ello, María Jesús Vega reitera la necesidad de que la comunidad internacional se movilice ante una situación "que nadie se esperaba" y que debe hacerlo no solo "cuando nos demos cuenta de que algo pasa porque ha subido el precio de la gasolina".