Los budas afganos de Bamiyán se resisten a morir
- Un equipo científico internacional asegura que una reconstrucción sería posible
- 5.000 piezas de las estatutas permanecen almacenadas en cuevas afganas
- Fueron destruídos por los talibán hace diez años
Los budas de Bamiyán sobrevivieron a todo, excepto a la barbarie talibán. Durante más de 1500 años vigilaron como silenciosos centinelas los impresionantes acantilados del Valle de la Seda, en la parte central de Afganistán.
Los colosos, uno medía 55 metros y otro 38, sortearon los estragos del conquistador y guerrero mongol Gengis Khan, siglos de guerras y el desgaste natural de los elementos.
En marzo de 2001 los talibanes volaron a sangre y fuego las estatuas dentro de su campaña para “aniquilar” artefactos pre-islámicos considerados como un ataque contra la fe. La noticia horrorizó al mundo. Los budas, tesoros únicos ornamentados con pinturas antiquísimas se habían perdido para siempre. Hasta ahora.
Un rompecabezas milenario
Las estatuas volaron en más de 5.000 pedazos. Las piezas recuperadas – muchas del tamaño de grandes rocas, otras tan pequeñas como piedras - se almacenan en varios refugios afganos.
Desde hace más de un año un equipo científico japonés y alemán estudia estos restos en la Universidad Técnica de Múnich (Alemania), dónde el profesor Erwin Emmerling ha asegurado que la reconstrucción de la estatua más pequeña sería posible, según informa CNN.
Aunque ha matizado que el resultado “sería muy diferente a la original” y que más que una reconstrucción, se intentarían recomponer los fragmentos.
La fragilidad de las piezas de roca arenisca es otro de los escollos a salvar. Es un material delicado que se deshace con suma facilidad castigado por la dura climatología del valle.
“Son tesoros artísticos y culturales únicos“
De momento, el equipo científico, coordinado por la UNESCO, prepara una simulación en tres dimensiones de los acantilados y mantiene que alrededor de 1000 piezas- algunas gigantescas de más de dos toneladas de peso- tendrían que enviarse a Alemania para iniciar los tratamientos con resinas sintéticas.
En cualquier caso, el principal obstáculo al que tendrían que enfrentarse sería de otra índole, ya que el gobierno afgano tendría la última palabra sobre el futuro de estos tesoros artísticos y culturales únicos.
Budas de brillantes colores
El análisis de los fragmentos también ha desvelado más pinceladas del aspecto de los budas durante su agitada existencia. Se sabe que estaban pintados de brillantes colores, en azul, rosa, naranja y rojo. Según ha confirmado el equipo de Emmerich fueron pintados varias veces debido al desgaste y la decoloración de la arenisca.
Los científicos expondrán sus descubrimientos en la reunión de la UNESCO- que se ha mostrado contraria a la reconstrucción- que comienza este miércoles en París.
“Eran rosas, azules y naranjas“
"Ellos (los budas) fueron destruidos en el contexto del devastador conflicto de Afganistán y para socavar el poder de la cultura como fuerza de cohesión para el pueblo afgano", ha declarado el Director General de la UNESCO Irina Bokova, en un comunicado.
El organismo internacional elabora un plan a largo plazo para preservar el patrimonio cultural del Valle de la Seda, ahora cubierto de nieve y de los restos de sus milenarios centinelas silenciosos.