'La sonrisa etrusca' sube a los escenarios con José Carlos Plaza y Hector Alterio
- La versión teatral se estrena este viernes en Santander y viajará luego a Madrid
- Plaza ha reunido a Héctor Alterio con Julieta Serrano y un joven reparto
- El equipo cuenta a RTVE.es su experiencia a pocas horas del estreno
Han pasado ya 26 años desde la primera edición de La sonrisa etrusca de José Luis Sampedro, una de las novelas españolas más populares de las últimas décadas.
Este viernes, en el Palacio de Festivales de Santander, se estrena la adaptación teatral que ha realizado Juan Pablo Heras con quien ha colaborado, a sus 94 años, el propio autor de la novela. “Oírme en el nuevo lenguaje me enternece”, ha dicho José Luis Sampedro respecto a esta versión teatral que dirige José Carlos Plaza.
Tras dos funciones en Santander (viernes 4 y sábado 5 de marzo) se estrenará en Madrid, el 11 de marzo, en el Teatro Bellas Artes, donde permanecerá en cartel hasta el 24 de abril.
Héctor Alterio es Bruno, el viejo campesino calabrés, ya enfermo que deja su pueblo para vivir en Milán (donde en principio todo le parece “inhumano, sórdido y hostil”), en casa de su hijo (Nacho Castro) y su nuera, Andrea (Olga Rodríguez).
Como en la novela, aunque con distintos cambios por exigencias escénicas, la versión teatral muestra el último amor de Bruno: su nieto (que lleva el mismo nombre, Brunettino, pero que no aparece físicamente en escena ya que como dice Plaza “sería imposible incluir en la obra a un niño de un año”). Al niño no lo vemos, pero eso no resta un ápice a la intensidad de las charlas que su nonno (abuelo) le dirige, mirando a su cuna.
También, por supuesto la obra teatral recoge la última pasión de Bruno por una mujer que conocerá en la ciudad: Hortensia (Julieta Serrano).
Se escenifican también los recuerdos de Bruno (como flashbacks) sus impresiones, sus emociones y sus pensamientos escépticos ante esta nueva vida que choca totalmente con sus costumbres y sus ideas y que Sampedro narra, minuto a minuto con absoluto detalle, en la novela.
Para ello, el montaje ha utilizado pocos elementos escénicos pero muy eficaces y proyecciones audiovisuales que permiten viajar al pasado y evocar personajes y situaciones presentes en la novela.
RTVE.es ha recogido las impresiones de algunos de los participantes en esta adaptación teatral de La sonrisa etrusca que trabajan dentro o fuera del escenario. Nos han contado cómo llegó el proyecto hasta ellos y cómo están viviendo esta aventura escénica.
NACHO CASTRO (actor y promotor)
"La novela cayó en mis manos casi por casualidad, me la dejó una amiga porque no tenía nada que leer. Me gustó sobre todo por su ternura y pensé que era una pena que no fuera una obra de teatro. Entonces, se me ocurrió la idea de convertirla en obra escénica, iniciando un camino muy complicado y desconocido para mí.
Hablé con actores, productores y directores. Di con Carmen Balcells, la agente de Sampedro, y conseguí comprar los derechos de la novela. Luego me pusieron en contacto con Juan Pablo Heras, a quien no conocía, para que se ocupara de la adaptación.
Tras esos dos pasos, toqué la puerta más difícil, la de la productora Pentación, pensando que no se abriría. Pero, aceptaron el proyecto y se encargaron a partir de entonces, de la producción. Todo esto ocurrió hace cinco años.
Mi papel en la obra es el de Renato, el hijo de Bruno (Héctor Alterio). Es el papel que yo había imaginado que mejor podría encarnar en un posible versión teatral."
JUAN PABLO HERAS (adaptador)
"La iniciativa fue de Nacho Castro que ahora encarna el papel de Renato (hijo de Bruno). Juntos se lo presentaron a Pentación quien les encaminó a José Carlos Plaza que fue quien formó el reparto.
No ha sido tan difícil adaptarla a la escena. Lo que he tenido que hacer es ir a la esencia de la historia. La novela tiene mucho potencial, muchos aspectos teatrales, como los conflictos que van entrando en juego.
Lo más hermoso del proyecto ha sido trabajar con José Carlos Plaza y con el propio José Luis Sampedro quienes me han animado a incluir escenas o ideas que yo había excluido por parecerme complicadas de llevar a escena. Es el caso del viaje en coche que comparten padre e hijo, en los primeros capítulos de la novela."
ROCIO WESTENDORP (proyecciones)
"Cuando leí la novela, me di cuenta de que se trata de un relato con imágenes muy plásticas, muy sensoriales, sobre todo en las descripciones y recuerdos de Bruno. Pensé como plasmar esos recuerdos y si eran difusos o nítidos. Lo cierto es que me parecían muy nítidos y los plasmé en imágenes de la naturaleza (Bruno ha vivido siempre en el campo): fondos de agua, de juncos...que apoyan el discurso dramático.
En ellos inserté imágenes reales de los años cuarenta que rememoran por ejemplo, la guerra.
Todas las proyecciones están arropadas por la magnífica composición sonora que ha realizado Mariano Díaz, uno de los mejores compositores para teatro y cine de España, que incluye 100 efectos sonoros así como piezas pianísticas que nos introducen en el universo de los recuerdos de Bruno."
JOSÉ CARLOS PLAZA (director)
"La novela es preciosa. Nunca había pensado en convertirla en obra escénica hasta que llegaron Nacho Castro y Juan Pablo Heras. Trata entre otras cosas del amor de un abuelo por su nieto. Una experiencia de la que siento muy cercano por la relación que he tenido en los últimos cuatro años con mi sobrina nieta, Uma.
Por otro lado, también me despierta simpatía el personaje de Bruno, un hombre con convicciones muy claras, incluso un tanto áspero, duro pero que fue partisano y sigue siendo coherente son sus ideas de siempre. No hace falta ni mencionar mi afinidad ideológica con José Luis Sampedro y su trayectoria.
Resaltaría de la historia la oposición entre pasado y presente de la obra, y también como Bruno que llega del campo (Calabria) a una ciudad grande y seria (Milán) va a cambiar a la gente que tiene alrededor y le va a transformar a él mismo.
“El camino hacia la ternura”, ese sería otro buen titulo de esta historia. O las nuevas posibilidades impredecibles, sorprendentes nunca tardías o el futuro propio en los demás, serían otras imposibles síntesis de esta compleja historia de un alma que José Luis Sampedro nos ofreció hace ya más de veinte años."
JOSÉ LUIS SAMPEDRO (autor de la novela)
"La sonrisa etrusca, que es la misma caricia muda y compasiva del amor a la vida, se encarnó en un libro mío hace 25 años y se posó en innumerables lectores emocionándolos con esa ternura de un viejo luchador hacia un niño recién brotado de su sangre. Ahora, como una mariposa tras su metamorfosis, reaparece en una creación viviente y animada sobre las tablas de la ilusión teatral.
Ha adaptado su aspecto a la escena Juan Pablo Heras con inteligencia y sensibilidad y dirige su vuelo actual el magnífico director José Carlos Plaza, con su cuidada selección de excelentes actores conjuntados en perfecta orquesta de la palabra. Es la misma música original, enriquecida en sonoridad y visión."