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Identificadas 13 nuevas variantes genéticas relacionadas con el infarto

  • Los factores genéticos explican el 40% del riesgo de padecer un infarto
  • Pese a ello, la recomendacion es seguir un estilo de vida saludable

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Un equipo de científicos con participación española han descubierto hasta 25 variantes genéticas que influyen en el riesgo de sufrir un infarto
Un equipo de científicos con participación española han descubierto hasta 25 variantes genéticas que influyen en el riesgo de sufrir un infarto

Un grupo internacional de científicos, con participación española, ha identificado 13 nuevas variantes genéticas asociadas al riesgo de padecer cardiopatía isquémica (infarto de miocardio o angina de pecho), lo que permite ahondar en el conocimiento de esta enfermedad, principal causa de muerte.

El IMIM (Instituto de Investigación Hospital del Mar) es la institución española que ha colaborado en este trabajo, cuyos resultados se publican en la revista Nature Genetics.

La cardiopatía isquémica es la principal causa de muerte en los países industrializados y en España causó en 2008 unos 36.000 fallecimientos.

La genética, detrás del 40% del riesgo de sufrir un infarto

Se estima que los factores genéticos explican un 40 por ciento del riesgo de presentar esta enfermedad en la población, ha señalado a Efe Roberto Elosua, coordinador del grupo de Investigación en Epidemiología y Genética Cardiovascular del IMIM, quien ha dicho que en estudios anteriores -también con participación de su instituto- ya se encontraron 12 variantes vinculadas a esta dolencia.

"Ahora se han identificado 13 nuevas características genéticas asociadas con una mayor probabilidad de presentar un infarto de miocardio o angina de pecho, de modo que en la actualidad conocemos 25 variantes asociadas con esta enfermedad", ha constatado.

Aunque con este estudio se hayan conseguido duplicar, estas 25 características genéticas sólo explican un 10 por ciento de los factores genéticos relacionados con la cardiopatía isquémica.

De momento, los investigadores no conocen el 90 por ciento restante, si bien ya se están dando pasos para su estudio.

En este sentido, Elosua ha detallado que se baraja que ese 90 por ciento esté relacionado con variantes genéticas raras o poco frecuentes en la población, que, aunque afectan a menos del 5 por ciento, implican un gran riesgo de padecer infarto o angina de pecho, u otras características genéticas que modifican la estructura del ADN que se están comenzando a estudiar.

Las 25 variantes identificadas hasta ahora son variantes comunes, presentes en más del 10 por ciento de la población. En cada una de éstas hay una característica genética que indica el exceso de riesgo cardiovascular.

Cada persona puede presentar esta característica genética 0 veces (no heredada de sus padres), 1 vez (heredada de su padre o madre) o 2 veces (heredada de su padre y madre).

Por cada vez que se presenta una de estas características genéticas de riesgo, la probabilidad de presentar cardiopatía isquémica aumenta entre un 6 y 17 por ciento, es decir, a más de estas características, más probabilidad de infarto o angina.

Este estudio también ha constado que de las 13 características genéticas nuevas, sólo tres están relacionadas con factores de riesgo cardiovascular clásicos: dos con colesterol y una con hipertensión.

Colesterol e hipertensión no son los únicos factores de riesgo

Elosua ha afirmado que las otras diez podrían estar asociadas a factores de riesgo desconocidos hasta ahora, por lo que la cardiopatía isquémica podría tener otros factores de riesgo distintos a los clásicos, como la hipertensión, colesterol, diabetes u obesidad, que la comunidad científica conoce desde 1950.

Este investigador ha subrayado que profundizar en el conocimiento genético de esta enfermedad permite identificar y entender mejor sus causas, lo que, en un futuro, posibilitará desarrollar nuevos fármacos y cuantificar mejor el riesgo de una persona a padecerla.

Si bien esta patología tiene un componente genético, el 60 por ciento depende de factores ambientales, "el cómo vivimos"."Las recomendaciones sobre un estilo de vida saludable siguen teniendo la misma relevancia, e incluso más, porque es lo único que podemos modificar, no así los genes", ha remachado.

Esta investigación está enmarcada en Cardiogram, proyecto en el que participan más de cien instituciones internacionales.