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Un choque entre narcos deja 18 muertos en México tras la detención de un líder de los Zetas

  • Los enfrentamientos se han producido en el estado de Tamaulipas
  • El Cabrito, un poderoso narco, ha sido detenido por la policía mexicana

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La policía escolta a Marcos Carmona Hernández, alias El Cabrito, el líder de Los Zetas en Oaxaca.
La policía escolta a Marcos Carmona Hernández, alias El Cabrito, el líder de Los Zetas en Oaxaca.

Un enfrentamiento entre supuestos delincuentes ha dejado 18 muertos en el estado mexicano de Tamaulipas, según ha informado una fuente oficial.

La confrontación entre grupos delictivos tuvo lugar "en la cabecera  municipal de Abasolo, donde resultaron fallecidas 18 personas", ha agregado  la fuente, que no ha ofrecido más detalles.

Autoridades federales y estatales han hecho acto de presencia en la localidad con el objeto de restablecer la tranquilidad y en auxilio de la población,  ha señalado el Gobierno de Tamaulipas al señalar que mantiene una estrecha comunicación con las autoridades municipales y dependencias federales para investigar los hechos.

Abasolo es una comunidad agrícola situada a unos 100 kilómetros de Ciudad Victoria, capital de Tamaulipas, y tiene unos 14.000 habitantes.

Detienen a 'El Cabrito'

Tamaulipas, en el noreste y fronterizo con Estados Unidos, es escenario desde finales de 2009 de una guerra entre los cárteles de las drogas del Golfo y Los Zetas, que anteriormente fueron aliados.

Este lunes, la Policía Federal capturó a un líder de Los Zetas en el sureño estado de Oaxaca, quien reveló algunos detalles de esta guerra entre cárteles mexicanos.

Marcos Carmona Hernández, alias El Cabrito, confesó a la Policía que Los Zetas mantienen un acuerdo de no agresión y colaboración con los cárteles de los hermanos Beltrán Leyva, de Juárez, y los hermanos Arellano Félix.

En medios locales ha trascendido que los cárteles de Sinaloa (el más poderoso), del Golfo y La Familia Michoacanase han unido para enfrentarse a esa alianza de Los Zetas.

Esta guerra entre cárteles de las drogas y contra las fuerzas federales han producido en cuatro años unos 35.000 muertos.