"¡¿Dónde están mis datos?!" La angustiosa dependencia de la tecnología cotidiana
- Muchas personas sufren al no poder acceder a sus servicios web
- La pérdida temporal de datos no siempre es una catástrofe
- Existen soluciones gratuitas para hacer copias de seguridad
Quien más, quien menos tiene una cuenta de Internet en Hotmail, Gmail o Yahoo, se ha animado a montar un blog o una cuenta de Twitter a las que dedica cierto tiempo o se ha atrevido a colocar su negocio en la red con algún tipo de página web desde la recibir pedidos.
Pero a veces quienes hacen todo esto tienen una angustiosa dependencia de esos servicios de Internet y sufren sobremanera cuando sucede lo inevitable: un corte temporal del servicio, una interrupción durante varias horas o, lo que es peor, una pérdida de datos.
Los recientes fiascos protagonizados por Google perdiendo por error 150.000 cuentas de correo en Gmail durante varios días o por Wordpress.com donde 30 millones de blogs quedaron inaccesibles durante las horas que duró un ataque intencionado no hacen sino recordarnos lo inevitable: la importancia de las copias de seguridad, la necesidad de valorar lo que podemos perder en caso de problemas y la idea de tener un Plan B por si algo falla.
Porque, como dice la máxima de la seguridad informática: "No se trata de si los datos pueden perderse o no, sino de cuándo se perderán".
La falacia del uptime al 99%
Cuando los proveedores de servicios hablan de que sus máquinas funcionan el 99% del tiempo sin interrupciones (el término técnico es uptime) no están diciendo en realidad gran cosa.
Un 99% supondría que un servicio podría estar desconectado 3 ó 4 días al año y la estadística se seguiría cumpliendo. Incluso un 99,9% no es algo infalible: son 9 horas al año, lo cual bien podrían ser dos angustiosas horas en cuatro o cinco días repartidos en el calendario.
Sin embargo, esas cifras de funcionamiento son bastante razonables, especialmente cuando se trata de servicios gratuitos sobre los que no existe ni se está pagando un contrato de 'alta disponibilidad'.
En Internet servicios como la publicidad AdWords de Google o eBay hacen paradas de unas horas cada pocas semanas para actualizar sus sistemas, avisando antes a sus clientes.
Otras veces, las situaciones ocurren de forma imprevista pero inevitable: las caídas de Twitter han sido un clásico recurrente con muchos eventos importantes, tanto que al final hasta se hicieron camisetas con "la ballena de Twitter" que iconizaba la caída del servicio.
Ante todo, mucha calma
El principal problema al que se enfrentan muchos usuarios es su propia ansiedad personal ante un contratiempo, pero eso es solo una percepción: el problema está muchas veces lejos de lo que podría ser un efecto verdaderamente relevante.
También podría perderse la conexión, romperse un cable de fibra óptica a nivel nacional... Los accidentes, simplemente, ocurren, y como tal hay que asumirlos.
Lo que hay que saber es que si se rompe el correo, por ejemplo, los mensajes llegarán sin problemas cuando vuelva a funcionar -no se perderán en el limbo- porque el sistema de correo de Internet está diseñado para reintentar las entregas.
Si durante un par de horas no se puede 'trinar' en Twitter probablemente nadie se dará cuenta, porque es la misma cantidad de tiempo que el usuario estaría callado si entrara al cine a ver una película y silenciara su móvil.
Incluso una caída de tres o cuatro horas en un blog relativamente exitoso que visiten, digamos, 100.000 personas al mes, supondrá únicamente una pérdida de unas 1.000 páginas no servidas.
Traducido a dinero eso son tan solo unos 50 céntimos no facturados -en caso de que incluya anuncios publicitarios- y en total tan solo unos pocos cientos de visitas que seguramente vuelvan al cabo de un rato a ver si todo ha vuelto a funcionar.
Incluso para un sitio web que sirviera diez millones de páginas al mes, parar 6 ó 7 horas "por mantenimiento" supondría tan solo unas pérdidas cuantificables en unos 50 ó 100 euros.
La concienciación ante este tipo de situaciones es por tanto una buena medida para evitar volverse loco: saber qué se va a perder realmente y si esas pérdidas son verdaderamente importantes, recuperables o no.
Si se trata únicamente de una pérdida de tiempo (no poder acceder al correo, no poder dejar mensajes en las redes sociales), lo que técnicamente se conoce como 'coste de oportunidad', el problema es menor.
Y poca gente tiene servicios críticos donde cada minuto que transcurre equivale a una venta perdida: si acaso los bancos, tiendas y sitios de transacciones podrían preocuparse de ello -y ya lo hacen- y aun así pocos funcionan al 99,99%. Lo que cuesta mantener servicios que funcionen de forma ininterrumpida a partir de cierto límite simplemente no compensa.
Preparándose para lo peor
Para calmar la angustia y evitar en cualquier caso situaciones peores como la pérdida de una cuenta o la pesadilla de ver borrado todo lo que hay en ella existen algunas alternativas.
La educación y la prevención suelen ser buenas herramientas en todo tipo de situaciones, y aquí no lo son menos. Muchas redes sociales, como Facebook, permiten exportar toda la información mediante una sencilla función.
Basta conectarse e ir a Mi cuenta > Descargar tu información para solicitar una copia. El enlace para descargar los mensajes, fotos y demás material llega por correo electrónico al cabo de unos minutos.
Servicios como Backupify tienen como misión hacer una copia de seguridad de forma periódica de diversos servicios sociales, tales como Facebook, Twitter, Flickr, Picasa, Gmail, Google Docs, Google Contacts y Google Calendar, entre otros.
En Backupify la versión gratuita funciona al cabo de un rato tras haber configurado cada uno de los servicios elegidos, y puede programarse, por ejemplo, para hacer una copia semanalmente, de hasta 2 GB.
La empresa ofrece versiones de pago de la misma herramienta, que por unos pocos euros al mes (entre 4 y 15) permiten guardar hasta 20 GB o incluso más, con soporte técnico personalizado.
MailStore es otra solución centrada en el correo electrónico, pensada para grupos de trabajo y pequeñas empresas, que permite archivar uno de los recursos más importantes -el correo electrónico- en un mismo ordenador y para decenas de usuarios. Funciona con muchos servicios de correo, buzones POP3/IMAP y también con los populares Gmail y Windows Live Mail.
Los sistemas que emplean los autores de blogs como Blogger o Wordpress tienen cada uno sus propias formas de salvaguardar o los datos, pero software específico como Automatic WordPress Backup puede venir bien. En el caso de Blogger una exportación completa suele ser más que suficiente.