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China se opone a cualquier intervención militar en Libia y pide una solución dialogada a la crisis

  • Pekín cuenta con derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU
  • Tiene grandes intereses económicos en Libia que desea defender
  • Ha reprimido los conatos de protestas en su país por el contagio árabe

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China, igual que Rusia, se opone a la intervención militar en Libia

China se opone a cualquier intervención militar en Libia. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Jian Yu ha, ha afirmado que Pekín “espera un acuerdo para el restablecimiento de la paz” y que “confía en una restauración de la estabilidad de manera dialogada”.

Tradicionalmente el Gobierno chino se ha mostrado contrario a intervenir en los asuntos internos de otros países. En este caso la postura de Pekín es decisiva puesto que cuenta con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU. La posición china considera que lo que debe primar en la actual situación libia es “la integridad de los ciudadanos, los cuales deben ser escuchados y respetados”.

El Gobierno chino apoyó, el pasado 26 de febrero, sanciones económicas contra el régimen de Muamar el Gadafi pero lo que no quiere es implicarse militarmente en el conflicto libio.

La posición de Pekín es incómoda porque, de otro lado, tiene grandes intereses económicos en Libia, que desea defender. De hecho, ha tenido que evacuar a 33.000 ciudadanos chinos que trabajaban en el país magrebí, la mayoría en empresas de ferrocarriles, petróleo o telecomunicaciones. Ha sido la evacuación de mayor envergadura coordinada jamás por las autoridades chinas.

Contagio de las revueltas árabes en Pekín

La mayor compañía china de gas y petróleo, la CNPC, China National Petroleum Corporation, ha cesado sus operaciones en Libia después de haber sufrido ataques en algunas de sus instalaciones. Según expertos de la Universidad de Pekín, las empresas chinas tienen contratos en Libia valorados en casi 13.000 millones de euros.

A pesar de la incertidumbre y de los factores de desestabilización en ciertas áreas de África, la situación en el continente es “pacífica y estable” ha señalado el Gobierno chino que, por otro lado, está siguiendo con inquietud las revueltas árabes.

Las autoridades aseguran que es improbable que un movimiento similar se produzca en China pero aún así han tomado contundentes medidas para atajar cualquier conato de protesta. Ha aumentado la censura en internet y han sido detenidos decenas de activistas en las últimas semanas. Asimismo, el Gobierno chino ha prohibido a los periodistas extranjeros acudir a los lugares elegidos para celebrar las protestas, que son convocadas a través de internet y desde un servidor extranjero, para eludir la censura.