Las revueltas de Egipto y Túnez, un gancho para que regresen los turistas
- Ambos utilizan sus revoluciones como un activo en la feria turística de Berlín
- Quieren atraer un nuevo tipo de turista, aunque el efecto no será inmediato
"Venid a ver el lugar donde comenzó todo". Ese lema puede leerse sobre las estatuas de los faraones egipcios... y sobre una enorme fotografía de la Plaza Tahrir de El Cairo, centro de la revolución popular que puso fin el mes pasado al régimen de Mubarak. Con esa estrategia publicitaria se ha presentado Egipto en el Salón Internacional del Turismo de Berlín, la feria más importante del mundo en ese sector, donde quiere utilizar la experiencia revolucionaria como un nuevo atractivo turístico, junto a las pirámides, el Nilo y las playas.
La apuesta es decidida, ya que el país mediterráneo ha triplicado la superficie de su espacio expositor en la feria turística para tratar de recuperar su principal fuente de riqueza, hundida por la inestabilidad política que recorre todo el Magreb.
Túnez, el país donde se iniciaron las revueltas, también ha seguido una estrategia similar en el salón berlinés y se presenta como "el lugar donde hay que ir... ¡ya!".
Revivir "la emoción" de las revueltas
"Proponemos al pueblo alemán que viva la emoción de Túnez" antes de que el país se convierta en "una democracia clásica", explica a France Presse el ministro de Turismo tunecino, Mehdi Houas, en una rueda de prensa en Berlín.
En su opinión, "este electroshock, que ha sido la revolución pacífica, va a permitir venir a un nuevo tipo de turismo", al que el ministro tunecino califica como "ciudadano y cultural". "Antes, los turistas se instalaban en las playas y se mantenían alejados de la realidad", ha asegurado Houas, quien señala que ahora el país apuesta por crear "nuevas infraestructuras" turísticas fuera de sus tradicionales zonas de vacaciones.
Esta nueva visión de la oferta turística no va a alterar, sin embargo, que el turismo de sol y playa "siga siendo la columna vertebral" de Túnez, como reconoce el director general de la Oficina de Turismo del país, Habib Ammar.
“Ahora los guías enseñan también donde los manifestantes montaron sus tiendas“
Lo mismo ocurre con Egipto, donde el atractivo de las pirámides y su historia brilla con luz propia en el panorama turístico mundial. Sin embargo, como destaca el primer ayudante del ministro de Turismo egipcio, Hisham Zaazou, ahora se añade al paquete turístico un nuevo elemento.
"Los valores de la revolución son los valores de Europa. Si los europeos quieren ayudar a Egipto, que vengan a vernos", afirma Zaazou.
Sobre el terreno, los profesionales del turismo ya han adaptado sus rutas a los nuevos focos de atracción. "La visita a la Plaza Tahrir ya era inevitable porque allí está el Museo Egipcio, pero a partir de ahora los guías enseñan también los lugares donde los manifestantes montaron sus tiendas y cuentan cómo los partidarios del antiguo régimen atacaron montados en camellos", explica a France Presse Mahmud Zekri, representante del grupo turístico Zekri Tours.
Una estrategia sin efectos inmediatos
Pero el esfuerzo por aprovechar un elemento en principio negativo -las revueltas- para conseguir algún beneficio -el regreso del turismo- no parece que obtendrá resultados inmediatos.
Túnez ha registrado una bajada del 45% de su turismo en este comienzo de año, y Egipto no prevé que la normalización turística se produzca antes del próximo verano.
Uno de los organizadores de los cruceros por el Nilo, Mohamed abdo, asegura incluso que "es demasido pronto para hacer volver a los turistas, el país no está aún estabilizado". Esa opinión es compartida por Costa Cruceros, la empresa italiana líder europeo de ese sector, que ha anunciado este miércoles que anula todas las escalas previstas tanto en Egipto como en Túnez para este 2011.