¿Ahorramos cargando el móvil en la oficina? ¿Cuánto cuesta dejar el ordenador descargando?
- Últimamente surgen consejos peculiares para ahorrar en la factura de la luz
- Pero no todo lo que parece un ahorro tiene un efecto importante en la factura
- Eliminar 'gadgets' viejos y optimizar los que están enchufados es la clave
Desde hace algún tiempo se oyen y se ven por ahí algunos 'consejos prácticos contra la crisis' que parecen de sentido común pero cuya eficacia no está del todo clara.
Uno de ellos es el que anima ahorrar en la factura eléctrica del hogar cargando en la oficina todos los aparatos posibles, especialmente el teléfono móvil y el portátil.
Como idea es ingeniosa, pero, ¿supone realmente un ahorro relevante? Dejando de lado el hecho de que alguien acabará pagando por la energía que se gaste -en este caso la empresa, en vez de un particular- se puede intentar calcular cuál sería el ahorro real en cualquier caso.
Los factores a tener en cuenta son básicamente tres: la potencia de los diversos aparatos, el tiempo que necesitan para cargarse y el precio de la energía eléctrica en la actualidad.
Algunos cálculos sencillos (*)
El precio actual del kWh (kilovatio hora) que pagamos en los hogares es de unos 0,14 euros. Basta multiplicarlo por el número de horas que un aparato está conectado y el resultado a su vez por su potencia convertida a kWh (en vez de en vatios, que es lo habitual) para obtener el coste en la factura de la energía eléctrica consumida.
De este modo, por ejemplo, un ordenador portátil consume unos 25 vatios (0,025 kW) mientras carga su batería y puede necesitar unas 4 horas para cargarse al completo.
Al precio de 0,14 euros por kWh esto quiere decir que cargar el portátil dejándolo enchufado a la red eléctrica cuesta unos 0,09 €: unos 10 céntimos de euro por cada carga, más o menos.
“Cargar el móvil puede costar al año 15 céntimos de euro“
Recargar la batería del teléfono móvil suele ser mucho más rápido: entre 30 y 60 minutos; la potencia empleada es mucho más reducida y está entre 3 y 5 vatios.
Con estos valores se puede comprobar que la carga del móvil apenas cuesta 0,0004 euros: recargarlo todos los días del año, como suele hacer la mayor parte de la gente, puede considerarse algo muy barato: no llega ni a 15 céntimos de euro anuales.
De modo que, como ahorro, el consejo de cargar los aparatos fuera del hogar para ahorrar dinero no es gran cosa: suponiendo que se hiciera todos los días que fuéramos a la oficina (unos 240 días laborables al año) ahorraríamos
- Unos 20 euros en el ordenador portátil
- Un euro en el caso de un iPad, un lector de libros electrónicos o cámara de fotos
- Unos 50 céntimos en el reproductor de MP3
- Unos 10 céntimos en el teléfono móvil
Conclusión: aun cargando toda la cacharrería que se puede llevar en el bolso o la mochila cada día fuera de casa no ahorraríamos ni 25 euros al cabo de un año.
No está mal, pero tampoco es como para tirar cohetes.
Otras formas de ahorro y control
Los maniáticos del ahorro y el control sobre los consumos tienen otras formas mucho más prácticas de ahorrar algo de dinero, haciendo que la teoría del "tacita a tacita" realmente suponga algo significativo.
Y es que el hogar está lleno de todo tipo de aparatos y electrodomésticos. Como es bien sabido, muchos aparatos que parecen "apagados" en realidad no lo están: se quedan en el llamado 'modo en espera' (stand-by) que resulta maquiavélico de cara al consumo eléctrico.
Por ejemplo, un televisor puede consumir unos 100W, pero cuando se queda en espera sigue gastando 3W, lo mismo que un aparato pequeño como el cargador del móvil, con la diferencia de que se queda en ese modo casi las 24 horas al día. Al cabo del año, ese televisor 'apagado' gastaría unos 4 ó 5 euros.
¿La solución para evitar el modo 'en espera'? Apagar los aparatos completamente con el interruptor mecánico o mediante una regleta de enchufes en donde se enchufen otros aparatos.
Si además de la tele estamos hablando de que en el salón hay un DVD, un equipo de música, un router y algún otro chisme, esos 5 euros por aparato al año pueden pasar a ser 25, 35, 50 o incluso más. Los ahorros comenzarían a notarse.
La Agencia Internacional de la Energía ha calculado que en total se podría ahorrar hasta un 5 o 10% de la factura si se eliminaran esos consumos 'vampíricos' de aparatos inútiles.
El principal problema suele estar en los chismes viejos, tales como descodificadores de televisión, vídeos, impresoras y escáneres, que en vez de un consumo reducido (2W) o super reducido (0,2 a 0,5W) se chupan hasta 30W sin estar haciendo nada.
No sería mala idea hacer un repaso a todo lo que está enchufado y eliminar lo más vetusto. ¿Y qué hay con la costumbre de dejar el ordenador descargando películas las 24 horas del día? Si es un equipo viejo puede consumir entre 30 y 50W; hasta 80 o 90W si es más moderno.
“El coste de tener un 'ordenador para descargas' siempre encendido es de unos 90 euros al año“
Si se deja funcionando con el monitor apagado y con el router encendido (otros 10 o 15W) podemos calcular en base a un consumo promedio de 75W. El coste de tener un 'ordenador para descargas' siempre encendido son unos 25 céntimos al día, 8 euros al mes o 90 euros al año.
Comparativamente, una nevera de 300W puede suponer al año unos 300 o 400 euros de gasto; según los hogares y la eficiencia del aparato y de otros electrodomésticos que se usen, se considera que es el mayor gasto en electricidad en las casas, suponiendo entre un 10 y un 30% del total.
De ahí que los fabricantes estén lanzando cada vez modelos más eficientes en cuanto a consumo energético. Tomar medidas en ese terreno es seguramente más práctico y suponga más dinero al cabo del año que medidas casi simbólicas como las de cargar los gadgets en la oficina.
* (Los cálculos están simplificados y los valores redondeados para que sean más fáciles de entender, pero se aproximan bastante a los más comunes para la mayor parte de la gente. Hay más detalles sobre los valores típicos de consumo de los diferentes equipos y aparatos en la web de la Agencia Internacional de la Energía, que pueden variar según marcas, modelos y el uso que se haga de ellos)